Hay que ser originales a la hora de poner nombres a los negocios. Por ejemplo, un señor que va a abrir un negocio en la calle Villalba Hervás, en Santa Cruz, un lugar especializado en riquísimas ensaladas de frutas, según me cuentan, le ha puesto al local un nombre sugerente y de moda: “Me gusta la fruta”. Desde luego, sólo falta que a la inauguración, como invitada especial, asista Isabel Díaz Ayuso, que acuñó el nombre cuando el PSOE intentó leerle los labios cuando dijo algo rotundo referente a Pedro Sánchez. Pues eso, me gusta la fruta. Cierra el restaurante “La Taurina”. Y he recibido de sus propietarios una emotiva carta que dice así: “Estimado Andrés: Con una mezcla de emociones, queríamos compartir contigo que hemos llegado al final de este hermoso viaje; la falta de personal cualificado, la salud, la presión fiscal de tu “amigo” Sánchez han sido los detonantes de la decisión de traspasar el negocio. Después de muchos años ofreciendo lo mejor de nuestra cocina y de nuestra hospitalidad, hemos tomado la difícil decisión de cerrar las puertas de “La Taurina”. Queremos agradecerles profundamente el apoyo, la confianza y los recuerdos que hemos compartido juntos, con varias generaciones de tu familia. Ha sido un honor formar parte de sus vidas y ser parte de sus celebraciones, grandes y pequeñas. Aunque esta etapa llega a su fin, les llevamos en el corazón y siempre los recordaremos con cariño. Un gran abrazo de Alejandro, Karina, los dos David, Macu y de todos los que han formado parte de este maravilloso equipo. ¡Gracias por habernos permitido disfrutar de este apasionante viaje! Contarán siempre con nuestra gratitud y con un trocito de nuestro corazón. Firmado: el equipo del Restaurante “La Taurina”.
Pues no me lo esperaba, la verdad. Viví momentos muy importantes de mi vida en ese restaurante y lamento muchísimo el final de esta etapa. Me emocioné al recibir la triste noticia del cierre de uno de los emblemas de la gastronomía en el norte de la isla, en Tacoronte, desde hace medio siglo. Un recuerdo muy especial a los fundadores, Pepe y Antonio, que aún están ahí para contar el comienzo y el desarrollo de este negocio, uno de los grandes referentes gastronómicos del norte de la isla. Gallegos de nacimiento y tinerfeños de adopción y de corazón, ellos seguirán estando entre nosotros y todavía podremos tomarnos unos vinos por ahí. Ignoro quiénes se harán cargo del local, que es propiedad de Pepe y de Antonio, si le mantendrán el nombre o si lo cambiarán. De momento, un contestador dice que está cerrado por reformas. Ya daremos noticias del asunto. Y, por hoy, cierro yo también. Mañana estaré en “El Silbo Gomero” para participar en la sección de gastronomía de este periódico, novedosa, como pretendemos que sea todo lo que hacemos. Pero ese cometido se lo dejo a Inurria jr., que es el que maneja el cotarro gastronómico. ¿Dije cotarro?
