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El Estrecho de Gibraltar volvió a ser escenario del paso de un buque de guerra ruso, el Viktor Leonov (CCB 175), un navío especializado en inteligencia electrónica. La fragata Reina Sofía (F84) de la Armada española, con base en Rota, lo escoltó el pasado 21 de septiembre mientras navegaba desde el Mediterráneo hacia el Atlántico.
Este no es el primer seguimiento de la fragata Reina Sofía este mes. A principios de septiembre monitoreó al submarino ruso Novorossiysk y al buque auxiliar Yakov Grebelsky en aguas de interés español. El Viktor Leonov, perteneciente a la clase Vishnya, está diseñado para la recopilación de inteligencia de señales y comunicaciones. Construido en los años 80 en Polonia, durante la era soviética, este buque de 3.500 toneladas y 94 metros de eslora cuenta con avanzados sistemas de radar y antenas para interceptar comunicaciones militares y civiles, así como para rastrear movimientos de flotas.
El Viktor Leonov, que debe su nombre a un héroe naval soviético, opera frecuentemente en aguas internacionales cercanas a la costa este de Estados Unidos y el Caribe, generando atención por sus actividades de espionaje. Aunque su armamento es ligero y su función principal no es el combate, su presencia en puntos estratégicos, como el Estrecho de Gibraltar, despierta interés geopolítico, especialmente en momentos de tensión entre Rusia y la OTAN.
A lo largo de 2025, se ha intensificado la actividad marítima rusa en Europa, con avistamientos de buques similares en el Mar del Norte, el Canal de la Mancha y cerca de países nórdicos. El pasado 14 de abril, el patrullero español Audaz (P-45) también vigiló al Viktor Leonov en el Estrecho. Aunque sus travesías cumplen con el derecho internacional, estas maniobras son interpretadas como parte de la estrategia rusa de recolección de datos y presión en el marco de la competencia global.
