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Un tiroteo durante una misa escolar en la iglesia del Colegio de la Anunciación ha conmocionado a la ciudad esta mañana. Dos niños —de ocho y diez años— han sido asesinados, y al menos 17 personas han resultado heridas, entre ellas 14 menores. El agresor se quitó la vida tras disparar desde el exterior a través de los ventanales del templo católico justo en el inicio del curso escolar.
El suceso ha tenido lugar durante una misa para toda la escuela, marcando el inicio de año académico en la iglesia de Annunciation Catholic School, en el barrio de Windom. La matutina ceremonia se vio interrumpida por los disparos del tirador, identificado como Robin M. Westman, un joven de 23 años que acabó con su vida en el aparcamiento del centro. Las armas utilizadas —un rifle, una escopeta y una pistola— fueron adquiridas legalmente.
La rápida intervención de la policía local y del FBI, que ya investiga el atentado como posible terrorismo doméstico y crimen de odio contra católicos, ha permitido contener la situación. Según el jefe de Policía, Brian O’Hara, además del uso de múltiples armas, el atacante mostró indicios de premeditación: se encontraron bloqueos en las salidas y una bomba de humo. Algunos vídeos atribuidos al atacante fueron retirados de YouTube por contener escritos violentos, diagramas del templo y proclamas perturbadoras.
Las cifras reveladas por la policía y los hospitales hablan de un número elevado de heridos —muchos menores de entre 6 y 14 años—, varios de ellos en estado crítico y con necesidad de cirugía de urgencia. Las imágenes que circulan muestran el caos y el dolor de padres y docentes que no podían creer lo que sucedía.
Esta tragedia vuelve a sacudir a Estados Unidos, un país donde los tiroteos masivos en centros educativos y lugares sagrados ya son una cruel lacra recurrente.