Telefónica ha sorprendido este martes al mercado al presentar su nuevo Plan Estratégico 2026-2030 “Transform & Grow”, que incluye una medida drástica: reducir a la mitad el dividendo con cargo a los resultados de 2026, que pasará de 0,30 euros por acción a 0,15 euros. El recorte representa una apuesta por reforzar el balance y destinar más recursos al crecimiento futuro, aunque la reacción de los inversores ha sido negativa: la acción de la operadora se desplomó un 13,12 %, encajando una de las mayores caídas de su historia en una sola sesión.
El plan estratégico incluye también otros compromisos: Telefónica adelanta que el dividendo en los ejercicios de 2027 y 2028 se ajustará en función de la generación de caja libre (free cash flow), en un rango entre el 40 % y el 60 % de dicho flujo. Asimismo, el resultado para 2025 se mantiene en 0,30 euros por acción, abonados en dos tramos de 0,15 euros (en diciembre y en junio).
Los analistas señalan que la decisión de recortar el dividendo responde a la necesidad de fortalecer el balance financiero y reducir el apalancamiento. Telefónica pretende elevar su disciplina financiera, optimizar costes y destinar mayor inversión a áreas estratégicas como tecnología, redes, servicios digitales y mercados clave: España, Brasil, Reino Unido y Alemania.
No obstante, la caída brutal de la cotización pone en entredicho el recibimiento del mercado a este plan. Los inversores consideran que el recorte deja de lado la rentabilidad inmediata para los accionistas sin ofrecer un alivio claro e inmediato a la deuda. Algunos analistas apuntan que se exige un plan más sólido y pruebas de que la nueva estrategia podrá generar crecimiento real más allá del ahorro de costes.




