Lo dicen los turistas: con los datos en la mano, una tasa de 1 euro por noche es socialmente asumible pero a partir de 3 euros el apoyo se desploma. Es lo que dice la encuesta trimestral del ISTAC sobre gasto turístico.
Es curioso el umbral psicológico. Cuando la tasa se plantea en 1 euro por día, el 30,83 % de los turistas está dispuesto a pagarla. Si se sube a 2 euros, la disposición cae a 24,24 %; a 3 euros, se hunde a 16,27 %.
Si supera esa cantidad, solo un 8,5 % seguiría dentro. Es como que la gente lo entiende pero tampoco para pasarse, incluso en una cifra “pequeña” por día.
Lo importante
La misma tasa suena distinta según el pasaporte. Ante 1 euro, los franceses son los más favorables (41,10 %), mientras los británicos son más reacios (26,96 %). Entre medias se mueven nórdicos (37,69 %), italianos (33,09 %), españoles de otras CCAA (30,38 %) y alemanes (29,37 %).
Si se pregunta de forma genérica —“¿pagaría una tasa por cada día alojado?”—, el 50,6 % dice sí y el 19,26 % no. Ojo: esa respuesta solo representa el 69,88 % de la muestra, porque un 30,11 % no se pronuncia.
Pero el dato más importante es el que cuenta que solo el 21 % de los visitantes evita destinos con tasa; el 78,78 % no lo hace. Así que queda claro que una tasa no te borra del mapa a no se que se pase de frenada.
¿Dónde encaja mejor? En estancias largas y con tiempo de decisión
La estancia media en Canarias es 9,06 días, con los suizos alargando hasta 13 y los residentes en España cerrando corto en 7. Además, el 58,2 % reserva con unos 3 meses de antelación y casi la mitad (49,4 %) viaja en paquete (pico en Países Bajos: 72,89 %; fondo en españoles no residentes: 19,3 %).
Con este patrón, una tasa moderada sería mejor en viajes largos y contratados con tiempo, donde el viajero asume el coste sin cambiar plan.
El alojamiento dominante sigue el hotel (56,64 %) y después el apartamento (16,5 %). En privado, viviendas alquiladas suponen otro 16,5 % y casas de familiares un 1,78 %.
Una tasa plana por noche impacta diferente en cada modelo. Si el objetivo es financiar presión de uso (residuos, agua, espacios naturales), conviene alinear el diseño con intensidad de impacto y capacidad de gestión del alojamiento, no castigar igual a quien externaliza la carga municipal y a quien cofinancia servicios como los hoteles.
Un dato más para plantear la manida tasa. Si la gran mayoría no le presta atención a la hora de elegir, plantear unos precios contenidos puede ser una respuesta valiente a los retos turísticos que vendrán en los próximos años y habrá que afrontar con audacia.
