Tanto usar el Falcon que al gafe se le avería

Iba Sánchez a París, a una de sus zarandajas, y va el Falcon y a la altura de Navarra se avería y tiene que dar media vuelta el piloto, con destino a Madrid. Bajó Sánchez del avión, con los pómulos desaliñados, aunque supongo que le habrá dado tiempo de saborear el caviar de a bordo. Tanto usar el Falcon y, claro, el avión se cansa de tanto ir de aquí para allá, y se avería. Y el comandante, persona seria, militar de carrera, da media vuelta y no llega a París sino que vuelve a Torrejón. Cuánto nos habrá costado ese Falcon que utilizan Sánchez y su primera dama penta procesada a todos los españoles. A lo que iba a hacer a París, algo de Ucrania, creo, entró por videoconferencia desde La Moncloa. Sánchez es un gafe de reconocida solvencia y no digamos Zapatero, menos para hacerse rico. El último homenaje a Zapatero, que en cuanto “extraigan” a Maduro lo van a “extraer” a él, nos ha costado unos 26.000 euros. Porque Zapatero no sólo se enriquece sino que va recibiendo homenajes. El otro día lo puso a caldo de pota Arturo Pérez-Reverte, en El Hormiguero, de Antena 3. Zapatero ha resultado ser un ladrón de guante blanco, un manipulador, un sicario de Maduro; un déspota, igual que Sánchez. Vaya mala suerte que ha tenido el PSOE, pero, claro, los que no los quieren están calladitos porque si se mueven no salen en la foto. Lo cierto es que estos dos juntos son un peligro para España y que uno de ellos, al terminar su mandato, puede ir al talego y el otro puede ser “extraído”, así que el futuro para ambos no es bueno. Si don Sabi levantara la cabeza. El día se completa con la muerte de Giorgio Armani, a los 91 años, y con el tontorrón de Albares, ministro de la cosa, queriendo echar al equipo israelí de la Vuelta a España. Que haga como hizo Cubillo aquella vez: que riegue de chinchetas la carretera para pinchar las ruedas de los ciclistas de Israel, y así pasar a la historia como el adalid de la estupidez. Esta España mía, esta España nuestra, no tiene remedio. Se ha convertido en el reino de los idiotas.