Sánchez se las arregló para no venir a celebrar el Día de las Fuerzas Armadas. Ya lo habíamos anunciado. Feijóo tampoco se pasó por aquí. El desfile, vistoso pero pobre de efectivos y de material. El público, a la altura, agitando banderas de España. El rey, como siempre, dio la talla. La reina, en su papel, discreta y sonriente. Santa Cruz se vistió de gala. La logística, impresionante.

El felón de La Moncla no vino. Yo casi lo prefiero y él se ahorró el abucheo. Me imagino lo que estará pasando don Felipe con este tipo al frente del Gobierno. Dos ministros: Margarita Robles y Marlaska. No estuvo ni siquiera Torres, no me lo explico. Hasta Bermúdez parecía más alto, casi tanto como Clavijo, que ha engordado. Está como un bocoy. El desfile fue vistoso, pero pobre de efectivos y de material.

El aéreo, espectacular pero igualmente escaso de efectivos. No trajeron ni al helicóptero de la Agencia Tributaria, que a mí me hace mucha gracia. Sí voló la Patrulla Águila. Canarias está muy lejos, pero por eso se deben potenciar sus defensas, porque nuestro enemigo, no tengan la menor duda, es Marruecos, país que siempre nos ha intentado joder la vida, desde Ab El Krim a nuestros días, pasando por lo de Ifni, la Marcha Verde y todas las putadas del moro. Sánchez ha nacionalizado como españoles, el año pasado, a 50.000 marroquíes, según leo. Muchos de ellos serán buenas personas, digo yo, y habrán venido a trabajar. En las guerras, los moros, en general, se cagaban con Franco, que se valió de ellos para ganar la contienda civil española y también cometieron las más grandes tropelías durante el conflicto. Han cogido moral últimamente y hasta su pequeño y enfermizo rey se pasea en su fuera borda por los alrededores de nuestros peñones de soberanía. Dicen que Marruecos tiene cogido a Sánchez por salva sea la parte, esto lo ha publicado casi todo el mundo, a través del espionaje que le hicieron con el Pegasus israelí, con la colaboración del Mosad. Quizá por eso, y no por otra cosa,  sea el odio de Sánchez a Israel y el peloteo a Marruecos, porque Marruecos –según se ha publicado– tiene la información de los móviles de Sánchez y de La Bego, investigada, clonados, en las cloacas de sus servicios de inteligencia. Lo sabe todo el mundo, no me invento nada nuevo. Quien sí estuvo en el desfile fue la directora del CNI, que sabe mucho de todo eso, o debería saberlo. Allí estaba ella, en primera línea. Invitaron hasta a la alcaldesa de Las Palmas, Carolina Darias. ¿Por qué no vino Sánchez? El otro día yo dije en este periódico (ver El Volantín Trepador) que se estaba buscando una excusa. Lo que me extraña es que el torpe líder gallego del PP, Feijóo, tampoco apareció por aquí. Si hubiese venido, la no presencia de Sánchez se habría notado más. Mi admiración hacia los militares, que organizaron una logística perfecta. El público, numerosísimo, se comportó muy bien, agitando banderas de España y aplaudiendo a las fuerzas que desfilaron, sobre todo a la UME (incendios, volcán de Cumbre Vieja, etcétera).

Muy vistoso el paso de los Regulares de Melilla y de la Legión, con su carnero revoltoso abriendo la comitiva. El rey Felipe, como siempre, en su papel, dio la talla y se ve que siente a los Ejércitos y que los militares le quieren, como jefe supremo que es de las Fuerzas Armadas. Letizia, discreta, de blanco, en su sitio. Tiene personalidad y sabe estar. Ha aprendido mucho, como era su deber. No es que el desfile, creo que lo dije antes, fuera una maravilla. Poco material para lo que tiene el Ejército y mucho menos vistoso que los que se celebran en Madrid, donde todo el mundo se vuelca. Pero es que Canarias está a 2.000 kilómetros, no es fácil el traslado del material, que ahora regresará a sus bases y la demostración de fuerza que se intentaba hacer ante Marruecos –o esto creía yo–  no es que fuera un portento, pero, bueno. Aquí cada uno sabe la fuerza que tiene el otro. Qué torpeza la de Feijóo no viniendo. Porque nadie se lo habría impedido. Como jefe de la oposición tiene derecho a estar en la tribuna. Hubiera dejado en ridículo al sátrapa monclovita, o éste se hubiera visto obligado a asistir. Y entonces yo habría apagado el televisor porque no lo soporto. Ayer se cargó, como tenía previsto, la asamblea de presidentes autonómicos y la única que dio la talla fue Ayuso, que se mandó a mudar cuando le hablaron en el euskera moderno ese que se han inventado. Y aquí paz y en el cielo gloria. Por cierto, ¿por qué no estaban aquí los presidentes de las comunidades autónomas españolas? Cada vez que hay un desfile en Madrid, van, aunque no sé si a este o al del 12 de octubre. En este último participan 200 vehículos, más de 80 aeronaves y 4.000 hombres, de media. Se ve que este del Día de las Fuerzas Armadas es más modesto. Y, sobre todo, que Canarias está muy lejos para venir a almorzar.