El Reino Unido ha decidido dejar de compartir información de inteligencia con los Estados Unidos respecto a embarcaciones sospechosas de narcotráfico en el Caribe. Esta ruptura representa un serio revés en la colaboración entre los dos países, tradicionalmente aliados íntimos en materia de seguridad e inteligencia.
La razón principal que ha motivado esta suspensión de cooperación es la preocupación británica de que la inteligencia que el Reino Unido proporcionaba estuviese siendo empleada por Estados Unidos para llevar a cabo ataques militares letales —incluyendo el hundimiento de “narcolanchas”— que Londres considera pueden violar el derecho internacional.
Durante años, Gran Bretaña, que conserva varios territorios en el Caribe donde opera activos de inteligencia, colaboró con Estados Unidos facilitando datos para que la United States Coast Guard interceptara barcos sospechosos de narcotráfico. Pero desde la implementación de los ataques militares estadounidenses contra estas embarcaciones, el gobierno británico habría considerado que la continuidad de ese intercambio lo ubicaba en una posible complicidad.
El parón comenzó hace más de un mes y aunque el Reino Unido no ha hecho declaraciones oficiales al respecto (por su política habitual de no comentar asuntos de inteligencia) sí ha dejado claro que mantiene profundas reservas sobre la legalidad de las acciones estadounidenses en esa región.
Este acontecimiento no solo marca un enfriamiento entre Londres y Washington en un ámbito muy sensible —la inteligencia militar— sino que refleja una fractura mayor sobre cómo debe llevarse a cabo la lucha contra el narcotráfico cuando se mezcla con operaciones militares. El conflicto pone de relieve preguntas espinosas sobre competencia, soberanía, legalidad internacional y el papel que los aliados están dispuestos a asumir.
E Reino Unido ha optado por priorizar su autonomía jurídica y política ante el temor de quedar implicado en operaciones que, a su juicio, podrían infringir normas de derecho internacional, pese a la larga tradición de cooperación con Estados Unidos en este tipo de misiones regionales.





