Pinocho y la siesta infinita del PP

Parece que también mintió Sánchez cuando le dijo a los valencianos que había solicitado ayuda de Europa para los afectados por la dana. ¿Y de qué se asombran? Sánchez ha construido su vida sobre una mentira y la continuó incluso hasta en sus estudios académicos. ¿Alguien recuerda cuándo leyó su tesis? Que la copió ya lo sabíamos, que la leyó no lo sabe nadie. Pero la mentira compulsiva de Sánchez le viene de familia. Su hermano no recordaba ante la jueza dónde estaba su lugar de trabajo y, según la Guardia Civil, está obsesionado con dar conciertos en la cárcel. Yo dudo mucho del sentido musical de los presos, pero a lo mejor lo que quiere el Sanchito chico es recomponer el tango “Caminito”, porque caminito de la mazmorra va, a no ser que lo salve la “Ley Begoña”. Ayer escuché a un señor decir en Internet algo que comparto: los españoles están como si nada, mientras este tipo –Sánchez— comete las tropelías sin tino, que no cesan. Los españoles somos bastante idiotas y acomodaticios, por eso de vez en cuando han tenido que llegar señores a caballo y con el sable en la mano para iniciar dictaduras no deseadas por la mayoría y que luego demonizamos. Las demonizamos con razón, pero lo que no tenían es que haber llegado nunca: Primo de Rivera, Franco y los caudillos regionales que en España han sido legión. España es un desastre: mientras el rey de todos los españoles, sensatamente, habla a los diplomáticos de la separación de poderes, o sea de Montesquieu, el Gobierno arremete contra los jueces, que personifican la decencia frente a la indecencia del Gobierno. Un tirano es aquel que encarga leyes para evitar que sus familiares sean juzgados y, en su caso, encarcelados. Sánchez está cagado e incluso Europa demuestra que no sirve para nada porque ahora que la Von der Leyen, esa pedazo de inútil, está enferma, quien preside la Comisión es una mujer de Sánchez, ¡Teresa Rivera! Que Dios nos coja confesados. Esa tía es un peligro en las instituciones europeas, pero hace tiempo, desde que se fue la Merkel, que Europa no existe. Fíjense si no existe Europa que Bélgica, que es el miembro diríamos central de la Unión, con la que comparte capital, no ha tenido ni vergüenza ni cojones de entregar al juez competente del Tribunal Supremo a Puigdemont, un prófugo de la justicia española, cumpliendo una euro orden de obligado respeto. Un prófugo que también se planta en Barcelona y el Gobierno de España tampoco tuvo el valor de arrestarlo y de conducirlo ante el magistrado. Y fíjense lo que importa Europa aquí que la venezolana Delcy Rodríguez, que llegó con maletas cargadas de oro, no fue detenida a su llegada a Barajas y registrada como era menester, porque tenía su entrada prohibida en el espacio Shengen. Con Pinocho en la presidencia del Gobierno todo es posible, incluida la destrucción de Europa. Fíjense a lo que ha llegado el felón de la Moncloa. A colocar un submarino amarillo en la sede de la Comisión, submarino bautizado con el nombre de Teresa Ribera. Pero lo más bonito de todo es la siesta infinita del PP, cuyos dirigentes se pasan el tiempo contándose unos a otros lo que les trajeron los Reyes. Pues que se besen.