El Tribunal de Cuentas reprocha a Vox haber recibido dos donativos por un total de ¡40 euros!, sin que los remitentes, debidamente identificados, hayan hecho constar su dirección completa. Han leído bien, he dicho cuarenta euros, no cuarenta mil, ni cuarenta millones. Cuarenta putos euros, que habrán generado una tonelada de papeleo por un valor muy superior en un tribunal –el de Cuentas— colonizado por el PSOE y cuya presidenta, supongo que socialista también porque la colocó ahí este partido, se llama Enriqueta Chicano. Este país yo sostengo que se ha vuelto loco, pero que el Tribunal de Cuentas se preocupe porque Vox haya recibido dos donativos por un importe de ¡40 euros! sin las direcciones de los remitentes y lo haga público a bombo y platillo, parece cosa de imbéciles profesionales. Me imagino la carcajada de Abascal cuando recibió la noticia y yo supongo que todo el ruido viene de que el partido de la derecha española más radical está subiendo como la espuma y de que algunas encuestas le den hasta 54 diputados, en el caso de unos comicios celebrados hoy. Si Abascal logra que Vox supere la admonición del Tribunal de Cuentas, terrible delito donde los haya, va a conseguir unos resultados espectaculares en los próximos comicios, gracias a los disparates del PSOE. Enriqueta Chicano debe ser una especie de Tezanos, versión Tribunal de Cuentas, una especie de Conde Pumpido, versión Tribunal Constitucional, una especie de Escrivá, versión Banco de España y así sucesivamente. Que monte este pollo por una donación de 40 euros por el defecto de forma de una dirección no hecha constar del donante me parece una cagada de tal calibre que invalida cualquier credibilidad presente y por venir del propio Tribunal, a quien Dios coja confesado. Busquen otra cosa, coño.
lunes, 1 diciembre,2025





