Se sabe que Pedro Sánchez es capaz de todo, pero nadie se imaginaba que también podría cargarse el fútbol español. Las injerencias del Consejo Superior de Deportes (CSD) en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que es un organismo con autonomía propia, sólo tutelada por las organizaciones futbolísticas europea y mundial, han puesto en alerta a estos dos organismos que tutelan el fútbol en Europa y en el mundo, respectivamente UEFA y FIFA.
Hoy será mantenida una reunión telemática entre la Federación Española y los dos citados organismos internacionales para tratar de la injerencia del CSD, que depende del Gobierno de Sánchez, en la Federación Española de Fútbol. Hasta el punto de que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), que a su vez depende del CSD, pretende sancionar con 6 años de inhabilitación al presidente de la Federación Española, Pedro Rocha, al que le han puesto a varias personas a marcarlo estrechamente, entre otras al ex seleccionador nacional de fútbol, Vicente del Bosque.
Estas personas, reunidas bajo el paraguas de la llamada Comisión de Supervisión, Normalización y Representación del Fútbol Español, ya se pelean por sentarse en los palcos de la Eurocopa y dependen directamente del Consejo Superior de Deportes, lo cual tanto UEFA como FIFA interpretan como una injerencia intolerable en competencias que son, primero, responsabilidad de la Federación Española y, en última instancia, de los organismos internacionales que regulan la práctica del fútbol, UEFA y FIFA.
España, incluso, podría quedarse sin que sus equipos disputen encuentros internacionales, ni siquiera su Selección nacional, y sin Mundial de Fútbol de 2030, que presumiblemente deberá celebrarse en España y Marruecos, con final prevista en el nuevo estadio Santiago Bernabéu.
Tanto el presidente de FIFA, Ianni Infantino, como el de la UEFA, Ceferin, se han alineado con Pedro Rocha, elegido democráticamente por las federaciones regionales españolas, que lo apoyan prácticamente por unanimidad.
Esta guerra la tiene perdida el Gobierno de Pedro Sánchez. Imaginen ustedes que se impida a los equipos españoles jugar la Champions y la Europa Ligue. Sería la ruina y el desprestigio más absoluto para los clubes españoles. E imaginen también que el Mundial de 2030 se lo entregaran en bandeja a Francia, que lo está deseando. Esto tumba a cualquier Gobierno.
Sánchez lo sabe y deberá recular cuanto antes, porque ni FIFA ni UEFA se andan con chiquitas a la hora de defender lo suyo y de tomar medidas cuando un Gobierno se atreve a interferir en sus decisiones y en intentar inhabilitar a uno de sus directivos de más influencia (por la que posee España en estas dos organizaciones futbolísticas).
De momento, Pedro Rocha, que formó parte del equipo del defenestrado Luis Rubiales en la RFEF, tiene todas las de ganar. Su inhabilitación hundiría al fútbol español. Así de claro. Hoy sabremos algo más.
