El otro día, cuando vi cargar a la policía repeliendo una manifestación ciudadana en Alcalá de Henares, tras la violación de una joven de 21 años, la imagen me retrotrajo a las cargas de los “grises” de Franco en la Ciudad Universitaria madrileña. A mí me detuvieron una vez en Sevilla, durante una visita de Franco, solamente por pasar delante de un policía y no agachar la cabeza. Me soltaron en cuanto le dije al “gris” que era alumno residente en el Colegio Mayor Fernando el Santo, que era un albergue estudiantil de la Falange. Esto me daba carta de naturaleza para poder mirarlo. Pero, en Alcalá, la policía de Marlasca repartió estopa contra la gente que se manifestaba, e incluso creo que disparó pelotas de goma, aunque esto último no lo tengo contrastado. Porrazos sí que dieron los agentes, hombres y mujeres, que repelían la protesta. Resulta que un tipejo de Mali, acogido en un centro de esta ciudad, pegó y violó a una chica española de 21 años y, para rematar su abominable acción, se hizo luego un selfi con ella. Y la policía carga violentamente contra la gente que protesta por esto. Sólo falta que le den al delincuente, violador, sinvergüenza, golfo, pedazo de salvaje, un premio nacional. Este país hace tiempo que ha perdido la medida de todo, como vengo repitiendo, y lo más normal es lo que está pasando como reacción: la formación de patrullas ciudadanas, como en el lejano Oeste, ante la inacción (o la acción equivocada) de la policía, a veces más dedicada a salvaguardar los pretendidos derechos de los delincuentes que a proteger los de las personas decentes. Y lo digo por experiencia, como he contado que me ocurrió a mí cuando llamé al 112 y no me hicieron ni puto caso. Y estaba en peligro mi integridad física. No me gustaron las imágenes de Alcalá de Henares que vi el otro día por televisión y que creo que se reproducen en este periódico. Ya digo que parecían cosa de otra época. Es muy desagradable ver cargar a la policía, cuando los ciudadanos protestan para condenar unos hechos reprobables y para pedir que no se vuelvan a repetir por falta de vigilancia de los que pueden delinquir. A ver cuánto tiempo está en el talego el violador, a ver si no le dan un permisito de fin de semana para que repita la jugada. Porque en España, en esta España de hoy, puede ocurrir cualquier cosa. Incluso lo que les cuento.
lunes, 1 diciembre,2025





