En una entrevista concedida este jueves a Fox News, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dejó clara la intención de su Gobierno de asumir el control militar total de la Franja de Gaza, aunque descartó cualquier propósito de anexión permanente. Según sus declaraciones, después de restablecer la seguridad y eliminar a Hamás como poder gobernante, Israel aspira a establecer un “perímetro de seguridad” que permita “liberar” a la población de Gaza, sin convertirse en su autoridad civil de forma indefinida; el enclave sería entregado posteriormente a un gobierno civil “que no sea Hamás ni represente una amenaza para Israel”.
Netanyahu aclaró que la operación militar, con previsto despliegue completo sobre el territorio, tendrá carácter temporal: “No queremos conservarla. No queremos gobernarla. Queremos entregársela a fuerzas árabes que puedan gobernarla de manera adecuada, sin amenazarnos y mejorando la vida de los gazatíes”. Esta estrategia forma parte de un plan presentado al Gabinete de Seguridad que contempla la ocupación militar del 100 % de Gaza, acompañado de la evacuación del centro y norte del territorio, acción que haría retornar a la mayoría de su población hacia el sur, en zonas menos conflictivas.
El anuncio ha generado tensiones internas dentro de las Fuerzas Armadas israelíes. El jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, expresó sus reparos, subrayando los riesgos que entraña ampliar la ocupación, especialmente en presencia de rehenes israelíes que aún se encuentran retenidos en territorio gazatí. Pese a estas críticas, el gabinete parece alineado con la orientación política trazada por Netanyahu.
El contexto regional y humanitario añade una capa de urgencia. La ONU y distintas organizaciones sanitarias han advertido que una ocupación total podría desencadenar una emergencia humanitaria de gran magnitud, con miles de víctimas y el colapso de la asistencia vital. Estas advertencias se suman a la creciente presión internacional, con gobiernos como los de Francia, Canadá y el Reino Unido exigiendo un cese inmediato de la operación o la creación de una autoridad civil legítima en Gaza.
Netanyahu ha definido un rumbo claro: control militar temporal como alternativa a la gobernanza de facto, en un enclave devastado por la guerra.
