Maduro ha lanzado gritos de terror, disfrazados de bravatas, como pueden ustedes escuchar en el video que hemos incluido en nuestra sección de imágenes, al final de la página de portada. Maduro, histérico, cita a Trump en Miraflores, pero lo cierto es que él para poco en Miraflores. Sabe que si permanece mucho tiempo en el palacio presidencial facilitará su “extracción”. Duerme en un bunker de Fuerte Tiuna, donde se siente seguro, pero no habrá paz para los malvados. Los Estados Unidos están convencidos de que Maduro capitanea el Cártel de Sinaloa, que está metiendo droga en USA, probablemente fentanilo. Y va a caer. El encargado de atraparlo es Marco Rubio, el secretario de Estado, muy ligado al exilio venezolano de Florida, tan poderoso como el cubano. Cuba es la patria chica de la familia del propio Marco Rubio. Maduro está cagado de miedo. La mayoría de los dictadores latinoamericanos son cobardes por naturaleza. Y estos torturadores de tres al cuarto, mucho más. Maduro ni siquiera se siente fuerte ya, cuando su cabeza vale 50 millones de dólares, que es una cantidad adecuada para que empresas como Blackwater y otras se lancen a por él. Sin contar la CIA y el Mosad, este último servicio encargado de que ni un gramo más de uranio salga de Venezuela rumbo a Irán. A Maduro le quedan cuatro telediarios antes de ser “extraído”. Supongo que lo enviarán a Guantánamo, para que esté cerca de sus amiguitos cubanos del casi extinto régimen de los Castro, comandado ahora por el viejo y vicioso Raúl y por Díaz-Canet, que no da la talla y que ni siquiera es comunista. Los gritos de Maduro, si los escuchara un siquiatra, determinarían su miedo feroz a ser apresado. En cuanto una guarnición se le rebele, la cascada de deserciones en el Ejército será imparable. En cuanto el pueblo entienda que sus días como gobernante llegan a su fin y se eche en masa a la calle, en Venezuela no podrán parar a una gente con hambre y muchas necesidades, cuya voluntad democrática ha sido vulnerada por un dictador y por su Ejército de sinvergüenzas. Maduro no podrá gastarse la fortuna que ha amasado, ni sus compinches de dentro y fuera del país tampoco. Y aquí en España tenemos a algunos. Ya Cayetana Álvarez de Toledo ha advertido a Zapatero, por ejemplo. Con esa cara de tonto no le puede durar su estatus mucho tiempo. Zapatero es un auténtico embajador del dictador venezolano y participó en la huida del país del ganador de las elecciones, Edmundo González Urrutia, ahora exiliado en España. Esta historia está por escribir, ya lo verán.
lunes, 1 diciembre,2025





