Luis Enrique no quiso humillar a Messi

Ayer vi el partido entre el PSG, que no está mal, y el Asilo de Ancianos de Miami, mis colegas yayos, con Messi, Busquets, Jordi Alba, Luis Suárez y otros amiguitos de Messi, todas ellas viejas glorias del fútbol, más acalambrados que yo. El Inter Miami no está para muchos trotes y estoy seguro de que Luis Enrique les pidió a sus jugadores, en la pausa del partido, que no marcaran más goles en la segunda parte. Fueron cuatro en la primera. Es una vergüenza que los citados y los no citados sigan jugando al fútbol, cobrando millones de dólares por temporada y engañando al público. Están ya para descansar, creo yo. Si Messi marca un gol de falta, como ocurrió en un partido anterior del campeonato, el mundo se paraliza. No puedo con tanta estupidez. Messi está ya para retirarse a su jardín de Rosario, a su mansión de Gavá o al barrio de La Recoleta de Buenos Aires. Y los demás, igual. Luis Suárez es una figura de cera y el resto del equipo del Inter Miami, que creo que es propiedad de David Beckham, entre otros, está para el arrastre. Si Messi va con su selección al Mundial del año que viene en USA hará el ridículo y no digamos los demás componentes de un equipo fabricado a fuerza de retales internacionales de buen paño, pero desgastado. Ayer me reí mucho con el Inter Miami, que no sigue el buen patrón del Al Hilal, que es un equipo saudí hecho a través de traspasos millonarios, pero de jugadores de verdad, no de abuelos. Es propiedad de un fondo, dice que no tiene ánimo de lucro y respira por los poros billetes grandes. Hay que saberse retirar a tiempo, aunque el dinero sea muy goloso. Cuentan los cronistas que casi todos los jugadores de fútbol acaban arruinados, pero no es el caso de Beckham, de Messi y de Cristiano. Lo malo es que siempre quieren más y eso siempre es tan legítimo como peligroso. Por otra parte, el Mundial de Clubes, excepto algunos partidos y algunos jugadores, no nos está enseñando nada nuevo a los equipos europeos de siempre. El otro día esperamos dos horas para reanudar un partido, faltando cinco minutos para el final, por una tormenta de verano. Joder, ¿no es exagerar esto? En Europa soportamos mejor la lluvia, ¿no lo creen ustedes, yayos de mi alma?