Barcelona se prepara para vestirse de gala el próximo 28 de febrero de 2026, cuando el Auditori Fòrum del Centre de Convencions Internacional (CCIB) acoja la 40ª edición de los Premios Goya. Veinticinco años después de la última vez que la gran fiesta del cine español se celebró en la ciudad, la Academia ha decidido regresar a la capital catalana en un gesto que busca tanto reconocer el momento dorado del audiovisual en Cataluña como proyectar una imagen de modernidad y cercanía. El anuncio se realizó el pasado viernes en el Palau de la Generalitat, con la presencia del presidente de la Academia, Fernando Méndez-Leite, acompañado por el alcalde Jaume Collboni y la consejera de Cultura, Sònia Hernández.
La Organización ha introducido una novedad destinada a agilizar la ceremonia: los discursos de agradecimiento estarán limitados a un minuto por película. Con ello se pretende evitar la habitual extensión de la gala y ofrecer un espectáculo más dinámico y cercano al público televisivo. Aunque aún no se han confirmado los presentadores, la Academia promete una velada única.
Más allá de la entrega de premios, Barcelona se convertirá en escenario de una auténtica celebración cinematográfica. La ciudad acogerá actividades paralelas para acercar el cine a la ciudadanía: proyecciones en la Filmoteca, un paseo de la fama en la Diagonal con el reconocimiento a profesionales catalanes, encuentros abiertos con el Goya de Honor, photocalls emblemáticos y la instalación en plazas y calles de esculturas gigantes de la estatuilla, ya utilizadas en anteriores ediciones. El Ayuntamiento busca así implicar a los barceloneses y devolverles “la magia del cine”, como subrayó Collboni.
El regreso de los Goya coincide con un excelente momento para el cine catalán: en 2024 se produjeron 42 largometrajes en catalán, con más de 730.000 espectadores, y tres títulos: Sirat, Romería y Sorda. Han sido preseleccionados en la carrera hacia los Óscar. En este contexto, la elección de Barcelona como sede refuerza la visibilidad de una industria que crece en producción y prestigio internacional.
La edición también tendrá un componente emotivo, con el reconocimiento a toda una trayectoria: el Goya de Honor recaerá en Gonzalo Suárez, director, guionista y escritor que, a lo largo de seis décadas, ha forjado una obra singular en el panorama cinematográfico español. A sus 90 años, Suárez recibirá el homenaje de la Academia en una gala que se anuncia histórica, tanto por su significado simbólico como por su vocación de celebración popular.
