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lunes, 1 diciembre,2025

Lo que queda de mi vida

Si ustedes llegan hasta el final de esta portada dándole a la ruedita del ratón verán una nueva sección que me he echado a la espalda. Son los restos de mis recuerdos, lo que queda de mi vida por contar. La idea surgió cuando el otro día me miré en el espejo del baño y me vi muy viejo. El día 16 de agosto cumpliré 78 años, que es la edad en la que se empieza a morir la gente, aunque alguno escapa. Yo no voy a escapar, muy probablemente, porque ando bastante quemado, aunque quién sabe. Mientras sobrevivo, escribo y a veces leo, aunque menos de lo que quisiera por la falta de interés que hoy tiene el material a engullir. Estoy ahora con los generales de Franco que lucharon en África y luego, al lado del general bajito, en la guerra civil española. Esto de llamar a Franco general bajito, en estos tiempos, es fácil –porque está muerto—y una cobardía por mi parte. El mérito hubiera sido decírselo en vida y salir corriendo por Perpiñán. Como Puigdemont, pero más deprisa incluso. Una vez, un árbitro gallego pitó rematadamente mal en el estadio de Santa Cruz y el cronista Avelino Montesinos, que era telegrafista y colaboraba en las radios y en los periódicos deportivos locales, hizo un inoportuno pero inocente comentario radiofónico: “Gallego tenía que ser”, gritó. Fue detenido por la Brigada Político-Social, por el famoso policía Alberto, flacucho, silencioso y narigudo, y conducido a las mazmorras de la Dirección General de Seguridad, en la Puerta del Sol, donde lo torturaron y lo martirizaron hasta que el pobre Avelino pudo conseguir, él, que era de derechas de toda la vida, los avales suficientes para demostrar que todo había sido un lapsus linguae. De vuelta a Tenerife, con los ojos hinchados por los golpes, borró el gentilicio de su memoria y ya nunca lo volvió a usar, ni siquiera para aludir al Camino de Santiago. Bueno, pues lo que queda de todas las memorias que he escrito en mi vida, que han sido varios tomos en distintas colecciones, lo voy a volcar aquí para deleite del personal. Además, lo publico en la parte más meridional de la portada, teniendo en cuenta que lo septentrional es la parte de arriba, aunque en estas islas, como en el puto folio, los puntos cardinales aparezcan más bien difusos. Estoy contento, porque así, con tanta fiesta veraniega, encontraré entretenimiento, además de corregir una nueva edición del resumen de mi tesis doctoral, que se publicó hace más de treinta años (1991) y de la que no queda ni un solo ejemplar. Imprimiré 100, exclusivamente, que se entregarán en la presentación, al precio de costo. He colocado allá abajo estas nuevas memorias de la memoria para acostumbrar al lector a no quedarse sólo con el contenido de arriba, sin bajar del todo la ruedita del ratón. Háganlo, les va a gustar. O quizá no.

Andrés Chaves
Andrés Chaves
Periodista por la EOP de la Universidad de La Laguna, licenciado y doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, ex presidente de la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife, ex vicepresidente de la FAPE, fundador de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna y su primer profesor y profesor honorífico de la Complutense. Es miembro del Instituto de Estudios Canarios y de la National Geographic Society.

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