Las saunas gays del suegro llegan al Times de Londres

Es tal la carajera que se ha montado que hasta el Times de Londres se interesa por las saunas de don Sabiniano Gómez, eufemismo el de saunas (como la sauna Adán) que se usa ahora para señalar a la red de prostíbulos gays (vulgo, casas de putos) del suegro de Sánchez, padre de la famosa Begoña, ya fallecido, y al que Dios tenga en su gloria. Que el Times se refiera con ese énfasis a las casas de lenocinio de la familia política del presidente del Gobierno de España es preocupante, no da buena imagen, nos deja como un país chusco. Yo creo que el solaz mariconil, y el otro, son lícitos, pero en estos casos, vamos a llamarlos socialmente escabrosos, es mejor la discreción; y usar, como dicen todos, que yo no sé si es cierto, inmuebles públicos para el revolcón, pues tampoco es de recibo. Y, hombre, que Sánchez aparezca, con foto, en el Times de Londres por un asunto de estos, y más que su mujer haya figurado como tesorera en la red de prostíbulos, pues la verdad es que no nos hace ningún favor a los españoles, ni a ellos dos tampoco. No sé quién va a sucumbir antes, si Sánchez, que es un caradura irredento, o el PP, que ha cogido fuerzas tras su congreso. Pero la cosa pinta fea, porque hay mucha gente que está siendo investigada y los asuntos de saunas de dudosa reputación no son buenos para el buen nombre de las personas. Ahora la actualidad en España la marcan las saunas gays de don Sabiniano, paz descanse repito, y dicen que hay fotos de personas conocidas en poder de la familia, aunque yo no me lo creo porque eso sería violar gravemente la privacidad de los sauníferos. ¿O no? Cuentan que aparecen en ellas ¡hasta ministros o exministros! Más grave aún. En fin, que estamos ante una crónica del lenocinio masculino elevado a la política, muerto el pobre don Sabiniano, que regía con pingües beneficios y gran entusiasmo su cadena pecaminosa (para los creyentes) y liberal (para los progresistas). Nadie está de acuerdo con nada en este país. Unos quieren prohibir la prostitución y los mismos aplauden con ardor guerrero a quien supuestamente se ha beneficiado de los réditos de la misma. Pero, coño, bueno, coño no, ¿qué disparate es este? Yo, si les digo la verdad, estoy viviendo en una continua zozobra. No sé ustedes.