La Unión Europea ha aprobado su decimonoveno paquete de sanciones contra Rusia, intensificando su presión económica por la invasión de Ucrania. Las nuevas medidas incluyen la prohibición progresiva de las importaciones de gas natural licuado (GNL) ruso, que se implementará en dos fases: los contratos a corto plazo finalizarán en seis meses y los de largo plazo a partir del 1 de enero de 2027.
Esta decisión se produce tras superar el veto de Eslovaquia, que había expresado preocupaciones sobre las repercusiones de las medidas en el suministro de energía del país. Además del veto al GNL, el paquete de sanciones incluye restricciones a la circulación de diplomáticos rusos dentro de la UE, nuevas sanciones al sector financiero, la «flota fantasma» de petroleros (117 barcos añadidos a una lista que ya contaba con 558), y 45 empresas —incluidas algunas de China, India y Tailandia— acusadas de ayudar a Moscú a eludir restricciones.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha aplaudido estas medidas, considerándolas cruciales para aumentar la presión sobre Rusia. Asimismo, se discute la posibilidad de financiar a Ucrania con los 140.000 millones de euros en activos rusos congelados en la UE.
Este paquete de sanciones refleja un esfuerzo coordinado entre la UE y Estados Unidos para debilitar económicamente al Kremlin y apoyar a Ucrania en su lucha contra la invasión rusa.





