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lunes, 1 diciembre,2025

La realidad detrás de las manifestaciones: la lacra de la violencia machista en Canarias

Este 25 de noviembre, las calles de Canarias se llenaron de pancartas moradas, minutos de silencio y lemas que pesan como una losa al contemplar los datos de violencia machista en el Archipiélago.

Si miramos sólo la última década (aunque el problema viene de mucho más lejos) el panorama es claro. En 2013, los juzgados canarios registraron algo más de 7.100 denuncias por violencia de género y una tasa de alrededor de 67 víctimas por cada 10.000 mujeres. Diez años después, el balance se ha disparado.

En 2024 se presentaron en Canarias 11.503 denuncias por violencia machista, un 0,6% más que en 2023. Detrás de estas denuncias hay 10.787 mujeres víctimas, y la tasa se sitúa en 95,1 víctimas por cada 10.000 mujeres.

Es la tercera más alta del país, solo por detrás de Baleares y Navarra, y muy por encima de la media estatal, que ronda las 74 víctimas por cada 10.000 mujeres.

Algo esperanzador

Es verdad que el crecimiento se ha “frenado” respecto a años anteriores: entre 2022 y 2023 las denuncias crecieron casi un 18%, mientras que entre 2023 y 2024 el aumento fue mínimo. Pero no hay descenso real del problema, porque sigue habiendo muchas denuncias, muchas víctimas y una incidencia que se mantiene entre las más elevadas de España.

Los datos parciales de 2025 tampoco invitan al optimismo. En el segundo trimestre del año, los órganos judiciales de Canarias registraron 2.841 denuncias, un 2,6% más que en el mismo periodo de 2024. En ese mismo trimestre se contabilizaron 2.657 mujeres víctimas, con una tasa de 23,4 víctimas por cada 10.000 mujeres.

La radiografía por islas muestra que el grueso de los casos se concentra en Tenerife y Gran Canaria, con más de mil denuncias cada una en solo tres meses, mientras que islas como La Gomera, El Hierro o La Palma reflejan cifras mucho menores. Aquí tenemos que apuntar que en comunidades pequeñas el miedo a denunciar sigue siendo elevado.

En este sentido, uno de los datos más delicados es el de las mujeres que, aun habiendo denunciado, deciden no declarar contra su agresor. Solo en ese segundo trimestre de 2025, 412 víctimas renunciaron a testificar, un 20% más que un año antes. Es decir, casi una de cada seis mujeres que entra en el sistema judicial acaba retirando su colaboración, muchas veces por miedo, dependencia económica o presión del entorno.

En 2024, los juzgados canarios dictaron algo más de 3.000 sentencias condenatorias en casos de violencia de género. El porcentaje de condenas sobre los procesos que llegan a juicio es alto, en torno a dos de cada tres en términos anuales y muy superior en los juzgados especializados. Eso indica que, cuando el caso se sostiene hasta el final, la prueba suele ser contundente.

Pero, aun así, miles de procedimientos terminan archivados de forma provisional, bien porque no hay suficientes pruebas o porque la víctima no continúa con el proceso. Esa combinación de miedo, falta de apoyo y tiempos judiciales largos genera la sensación de que muchas mujeres se quedan a medio camino.

Algo similar ocurre con las órdenes de protección. En 2024 se solicitaron 1.713 en Canarias y se aprobaron 1.319. La tasa final es de unas 15,9 mujeres con orden de protección por cada 100 víctimas: una de las más bajas de España. Es decir, Canarias combina una de las tasas más altas de víctimas con una de las tasas más bajas de medidas de protección. La foto no puede ser más contradictoria.

El iceberg del 112 y la violencia que no llega al juzgado

Las denuncias son solo una parte de la historia. En 2024 se superaron las 17.000 llamadas a Emergencias relacionadas con violencia de género, y solo entre enero y octubre se registraron más de 14.000 avisos.

Esa brecha entre llamadas y denuncias sugiere que la estadística judicial sigue siendo la punta del iceberg, hay maltrato que nunca llega a un juzgado y maltrato que solo aparece como “conflicto familiar” en un parte de emergencia.

Más allá de los lemas y los minutos de silencio, la pregunta incómoda para el día después del 25N es siempre la misma: ¿qué va a cambiar mañana para que las estadísticas del año que viene no vuelvan a contar la misma historia?

Redacción
Redacción
Equipo de Redacción de elburgado.com

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