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Cajasiete
martes, 2 diciembre,2025

Israel no es culpable

Hamás sabía lo que se le vendría encima tras el asesinato de 1.200 personas, incluyendo jóvenes de ambos sexos y bebés de los kibutz cercanos, durante la celebración de un concierto celebrado en territorio israelí, a cinco kilómetros de la frontera con Gaza. Además de la toma de rehenes inocentes, torturados y asesinados posteriormente por el grupo terrorista que controla la franja de Gaza. Todavía una periodista de El País, un periódico que tenía que estar ya cancelado por sus propios lectores por sectario, culpaba a Israel, en el programa de Íker Jiménez, por haber celebrado allí ese concierto. Como si la masacre tuviera que ver con el espacio geográfico de la celebración del concierto y su proximidad con la línea fronteriza. Parece increíble. Hamás sabía cuál iba a ser la reacción de Israel, tras el asesinato masivo de compatriotas y la crueldad de los agresores, y si ha habido algún genocidio en la franja de Gaza, éste ha sido el cometido por Hamás, el sanguinario grupo terrorista yijadista subvencionado por Irán y probablemente por Moscú. Israel lo que ha hecho es defenderse. ¿Que si ha habido daños colaterales? Por supuesto que sí, porque nadie puede controlar del todo ni los miedos ni los errores en una guerra. Y tampoco existe una Palestina unida, ni mucho menos, ni la formalidad necesaria para lograr un Estado palestino capaz de constituir una frontera en paz con Israel. Existen otros grupos enemigos de Hamás, pero igualmente muy peligrosos, como Al Fatah o Hizbolá y aquello es un polvorín. Lo único serio de Oriente Medio es el Estado de Israel, que cuenta además con el apoyo interesado de otras naciones árabes, como Jordania. Estamos con Israel. La pintoresca Fiscalía española, cuyo fiscal general, García Ortiz, está imputado, a punto de sentarse en el banquillo, quiere desviar la atención de lo suyo y de lo de su coleguita Sánchez abriendo una causa contra Israel ¡por genocidio! ¿Y por qué no contra Hamás, que ha masacrado durante años y años al pueblo de Gaza? El sectarismo del Gobierno español y de sus instituciones no tiene límites, ni el cinismo de la Fiscalía General del Estado, que hace tiempo que perdió toda credibilidad ante los ciudadanos de este país. Un país que ahora cuenta con un fiscal general imputado por un presunto delito muy grave para un profesional del Ministerio Público, como es el de revelación de secretos. España ha dado, con este presidente de rostro aturdido, hundidos sus pómulos de la tensión que sufre, un imponente salto atrás en el tiempo. Ha convertido las instituciones en una banda de adeptos que le sigue ciegamente. España se parece cada vez más a Venezuela y a otras repúblicas bananeras, desde luego mucho más que a una nación europea seria y estable democráticamente. Este presidente español tiene, además, la poca vergüenza de comprometer la seguridad y la estabilidad del país metiéndose con los dos aliados que necesitamos, por muchos motivos: los Estados Unidos y el Estado de Israel. Y todo para escapar, para salvarse él y salvar a su familia, lo mismo que el fiscal general imputado, del tremendo lío en el que están metidos. Todos los caminos de la corrupción rampante que vive el país conducen –vamos a decir que presuntamente, por el momento—al propio Sánchez. Todos. Pero aquí han fallado estrepitosamente los controles, por lo que deducimos que cuando esto cambie –porque tiene que cambiar— la labor de reconstrucción de las propias instituciones y de los mecanismos para defenderlas tendrá que ser ingente. ¿Cómo calificarían ustedes a un presidente del Gobierno que alienta públicamente el boicot a una prueba deportiva, como la Vuelta Ciclista a España, en cuyo violento ataque participan, incluso, antiguos miembros de ETA involucrados en delitos graves, además de profesionales de la kale borroka? ¿Fue, de verdad, por la participación en la prueba de un equipo israelí, con un solo corredor de esa nacionalidad? ¿Merece este insensato estar atrincherado en La Moncloa gobernando –es un decir—a España, mientras alienta actuaciones delictivas que la dañan gravemente? Israel no es culpable. Israel se ha defendido de un ataque despiadado contra compatriotas. Los agresores sabían las consecuencias. Los daños colaterales son tristes, lamentables, pero repetimos que en una guerra son inevitables. ¿Es normal que Hamás se apropie de las ayudas internacionales al pueblo de Gaza y se las venda a la gente que dice defender? ¿Es normal que Hamás sacrifique a la población civil de Gaza, ejecute rehenes israelíes y cometa los crímenes más atroces sin la condena del propio Sánchez y del fiscal general? ¿Es permisible que el grupo terrorista utilice a hospitales llenos de enfermos y heridos como escudos humanos para proteger en sus sótanos a los líderes asesinos? ¿Es creíble la guerra de propaganda que Hamás ha montado, al estilo Goebbels, para hacer creer al mundo que Israel es el culpable? Pues no lo es.

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