Yo creo que Greta Thunberg, la tonta del bote de 22 años, es una nueva niña del exorcista. Por lo menos a mí se me antoja que esta analfabeta funcional, utilizada masivamente por los del programa del cambio climático, tenga en jaque a la actuaclidad mundial. ¿Su mérito más reciente? Embarcarse en un velero con ayuda humanitaria para Gaza; es decir, para que Hamás se apodere de esos alimentos y trapichee con la ayuda entre la población que realmente sufre, pasa hambre y que es víctima de los terroristas. Porque Israel, que ha causado daños colaterables lamentables que inevitablemente se han producido, sufrió un terrible y despiadado ataque de Hamás, que fue el que origió la guerra gazatí. Ustedes, la mayoría, no saben lo que ocurre allí. Yo sí. He estado en Gaza. He visitado Israel. He estado en Cisjordania. Todo el mundo sabe que el estado mayor de Hamás se refugia en los sótanos de los hospitales de Gaza y que a los pacientes los utilizan estos hijos de puta como escudos humanos. Todo el mundo sabe que el dinero de Hamás, en dólares, llega directamente de Irán, que es el cáncer terrorista de Oriente Medio. Todo el mundo sabe que Hamás e Hizbolá, como era Al Fatah, antes de moderarse, son enemigos irreconciliables y que se reciben y despiden a tiro limpio. Son terroristas, mondos y lirondos aunque digan defender lo mismo: la libertad del pueblo de Palestina. Al Fatah aboga ahora por una solución pacífica entre Israel y Palestina. Pero Hamás e Hizbolá son asesinos sin patria, cuyo primer y casi único objetivo es matar a los judíos y a quien se les ponga por delante. Ahora, a la niña del exorcista la han trincado en un velero en alta mar, como parte tripulante de un convoy de ayuda a Gaza, y la tienen retenida en un puerto israelí, para mandarla de vuelta a Suecia, de donde nunca debió salir. Ya está bien de las machangadas de la Thumberg. Que se ponga a estudiar una carrera o a trabajar como taxista y que deje esa militancia estúpida y obsesiva que no tiene otro objeto de montar el follón. Le darán el Nobel, porque además es sueca. Israel no permite determinadas ayudas en Gaza porque se trata de un negocio de Hamás, que engaña a los países donantes y luego les vende a los pobres gazatíes inocentes las ayudas internacionales para financiar su compra de armas y sus acciones terroristas. Hace falta ser muy idiota para no darse cuenta de esto. Israel se defiende y es verdad que, en las guerras, el que se defiende también puede excederse. Pero a ver quién empezó todo. A ver quién rajó a los bebés de los kibutz y asesinó a sus padres. A ver quién organizó la matanza en aquel concierto. Y a ver quién construye sus búnkeres debajo de los hospitales para perpetrar una masacre cuando son atacados. Venga, hombre, basta ya de engaños. Que aquí no hay buenos del todo, pero tampoco son todos malos. Y, en medio, una población inocente que muere, en una y en otra parte.
lunes, 1 diciembre,2025





