Un grupo de militares ha irrumpido este miércoles en la vida política de Guinea-Bisáu, declarando que han tomado el control del país y suspendiendo el proceso electoral en curso. La autoproclamada Alta Comandancia Militar para la Restauración del Orden Nacional anunció en una declaración televisada —leída por el general Denis N’Canha, jefe de la casa militar del palacio de la República— que asume “la plenitud de los poderes del Estado hasta nuevo aviso”.
El golpe se produce apenas tres días después de las elecciones presidenciales y legislativas celebradas el pasado domingo, cuyos resultados aún no se habían publicado. Tanto el presidente saliente, Umaro Sissoco Embaló, como su principal rival, Fernando Dias da Costa, se habían proclamado vencedores en un ambiente de fuerte tensión.
En su comunicado, la Comandancia Militar justificó la intervención con el argumento de haber descubierto un supuesto plan para “manipular los resultados electorales”, atribuido —según ellos— a políticos nacionales y a figuras del narcotráfico tanto dentro como fuera del país. Como consecuencia, decidieron suspender “hasta nuevo aviso” la publicación de los resultados, cerrar las fronteras, cortar comunicaciones y suspender las actividades de los medios de comunicación.
El anuncio militar fue precedido por tiroteos cerca del palacio presidencial, la sede de la comisión electoral y el Ministerio del Interior en la capital, Bisáu, causando alarma entre los ciudadanos. Testigos relataron bloqueos en las principales vías de acceso al palacio, presencia de soldados fuertemente armados y escenas de pánico generalizado.
El gobierno militar ha ordenado un toque de queda nocturno, clausurado las instituciones públicas y disuelto temporalmente el Parlamento, y ha llamado a la calma a la población.
Se ha detenido al presidente Embaló y a varios altos cargos de su administración.
Este nuevo golpe en Guinea-Bisáu confirma un patrón histórico. Desde su independencia de Portugal en 1974, el país ha sufrido numerosos golpes y crisis políticas, lo que ha socavado sus instituciones democráticas y contribuido a su prolongada inestabilidad
