⏱ 3 min de lectura
El astillero de Navantia en Cartagena celebró este viernes la puesta a flote del submarino S-82 Narciso Monturiol, el segundo de la serie S-80 Plus de la Armada Española. Con este acto, el sumergible inicia una nueva etapa de más de 700 pruebas en tierra y mar que culminarán con su entrega prevista para finales de 2026. Las evaluaciones incluirán ensayos de navegación en superficie e inmersión hasta alcanzar la cota máxima operativa.
Navantia destacó que la experiencia acumulada con el S-81 Isaac Peral, entregado en 2023, permitirá acortar los plazos de validación del S-82 al aplicar las mejoras técnicas derivadas del primer modelo.
Durante la ceremonia, la ministra de Defensa, Margarita Robles, subrayó que el programa S-80 «reivindica a esta España grande que representan la Armada, la industria nacional y la Región de Murcia». Robles ensalzó el papel de los trabajadores del astillero y de las más de 150 empresas colaboradoras, en su mayoría murcianas, pero también procedentes de otras regiones y del extranjero.
El acto contó con la presencia de Isabel López, esposa del jefe del Estado Mayor de la Defensa, quien ejerció de madrina del submarino. Tras cortar la cinta, la tradicional botella de champán se estrelló contra el casco del S-82 al son del himno nacional.
El programa S-80 Plus, considerado el proyecto más ambicioso de la industria naval española, sitúa al país entre los diez del mundo con capacidad para diseñar y construir submarinos de forma autónoma. Con una inversión estimada de 4.000 millones de euros hasta 2032, el plan genera más de 6.000 empleos directos e indirectos y tiene un impacto anual en el PIB superior a los 250 millones de euros, de los cuales más de 80 corresponden a la Región de Murcia.
El almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, Antonio Piñeiro, destacó el valor estratégico del submarino como “elemento disuasorio por excelencia, discreto y letal”, fundamental para la defensa marítima y la cooperación internacional en el marco de la OTAN.
Con una eslora de 80,8 metros, un diámetro máximo de 7,3 metros y un desplazamiento de unas 3.000 toneladas, el S-82 alberga una tripulación de 32 marinos y espacio para 8 efectivos de operaciones especiales. Su casco, diseñado para alcanzar profundidades de hasta 460 metros, incorpora materiales de baja reflectividad y sistemas de aislamiento que reducen al mínimo la huella acústica.
