A partir de las 02.00 (UTC) de la madrugada del 7 de agosto pasado, el Instituto Geográfico Nacional informó de un enjambre de actividad sísmica “anómala” en la zona de Las Cañadas del Teide, al Suroeste del volcán de Pico Viejo. El enjambre fue detectado asimismo por INVOLCAN, el Instituto Vulcanológico de Canarias, que comparte sus datos con el IGN.
El día 2 de septiembre, hace unas horas, se ha hecho viral una información que afecta a la actividad sísmica en Tenerife, sin que tengamos conocimiento de su procedencia, pero que parece alarmista y de mal gusto. Tiene toda la pinta de haber sido elaborada con IA.
La información, que parece fake, habla de una supuesta erupción en el Teide “que se producirá más pronto que tarde”. Esa información contempla tres posibilidades de salida del magma: Izaña, que originaría una gran colada por la mitad del Valle de la Orotava y otra por la zona del barranco de Badajoz hacia el Sur.
La segunda opción afectaría al Llano de Ucanca, tras una erupción explosiva, debido al sistema hidrotermal que existe bajo Las Cañadas. En estas dos erupciones, según la citada noticia, se produciría una nube de piroclastos que terminaría bajando a gran velocidad por Vilaflor, Guía de Isora, Santiago del Teide, El Tanque e Icod.
Y la tercera posibilidad sería aún más apocalíptica: una erupción similar a la segunda, pero en el Pico Viejo, la cual en el caso de comenzar con nube de piroclastos afectaría a todo el Norte de la isla, desde el Valle de la Orotava hasta la localidad sureña de Adeje, e incluso podría ocasionar el derrumbe de la ladera Norte del Teide.
Suena todo a las teorías apocalípticas para Cumbre Vieja, en La Palma, de Simon Day, el vulcanólogo que ha inspirado tanta literatura y cuyas conjeturas volcánicas en Canarias han sido rebatidas científicamente, sobre todo por el eminente geólogo Juan Carlos Carracedo, hoy jubilado. Según Day, el desprendimiento de Cumbre Vieja podría originar un terrible tsunami que arrasaría la ciudad de Nueva York y casi toda la costa Este de los Estados Unidos.
El Instituto Geográfico Nacional (IGN), un centro oficial de enorme prestigio internacional, que mantiene científicos destacados permanentemente en Canarias, informó el 7 de agosto del enjambre sísmico de alrededor de 700 pequeños terremotos concentrados en un área donde en los últimos años ya se habían observado episodios similares (octubre de 2016, junio de 2019, junio y julio de 2022 y noviembre de 2024). Indica el IGN que “los eventos sísmicos se localizan a unos 10 kilómetros de profundidad y presentan magnitudes muy bajas, inferiores a 1. Por tanto, no han sido sentidos por la población”.
El IGN añade que “debido a la baja energía de muchos de estos terremotos, los eventos de menor magnitud han sido detectados únicamente por el sistema automático de vigilancia sísmica. Sin embargo, no cuentan con la calidad necesaria para ser incorporados al catálogo oficial del IGN”.
Insiste el Instituto Geográfico Nacional que continúa realizando un seguimiento de la actividad que pudiera surgir y de la que se dará cuenta a la población en el portal “Visualizador de terremotos en Canarias”.
Los vulcanólogos del IGN, en diversas apariciones públicas en varios medios de comunicación, insisten en que no existe ninguna evidencia de una intrusión magmática ascendiendo a la superficie en los alrededores del Pico del Teide. Y ponen énfasis en indicar que el proceso de los enjambres sísmicos en el Teide no es comparable al observado en La Palma antes de la erupción del volcán de Cumbre Vieja, “ya que en este caso la intrusión magmática era evidente antes de su erupción”.
El Cabildo de Tenerife, sin que tenga nada que ver con lo anterior, ha convocado un simulacro de erupción volcánica piloto en la localidad norteña de Garachico, con la intervención de unas 1.000 personas. Es normal este tipo de simulacros y tendrían que repetirse. Lo que no es tan normal es la alarma que puedan causar entre la población y entre el turismo algunas noticias “futuristas”, cuya validez ha sido rechazada tajantemente por los científicos.
Tenerife, bajo la lupa científica
En los últimos meses, la isla de Tenerife ha sido escenario de varios enjambres sísmicos bajo el complejo volcánico Teide – Pico Viejo, que han despertado la atención de la comunidad científica y de la población. Aunque los terremotos registrados han sido de muy baja magnitud y no se han sentido en superficie, los expertos insisten en que son señales de la actividad interna de un volcán que sigue vivo.
Cientos de microsismos en pocas horas
El episodio más llamativo ocurrió en la noche del 6 al 7 de agosto de 2025, cuando el Instituto Geográfico Nacional (IGN) y el Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN) detectaron más de 700 pequeños terremotos en menos de diez horas, concentrados al suroeste del Pico Viejo. La mayoría de los eventos se produjeron a profundidades de entre 8 y 14 kilómetros, con magnitudes máximas de apenas 1,5.
Semanas después, el 30 de agosto, se repitió un nuevo enjambre con más de 90 microsismos localizados entre los 4 y 7 kilómetros de profundidad, con magnitud máxima de 1,2. Ninguno de estos seísmos fue perceptible por la población.
Estos fenómenos no son aislados. Desde 2016 se han documentado al menos seis enjambres sísmicos significativos en Tenerife. Los investigadores los asocian a movimientos de fluidos magmáticos e hidrotermales en el interior de la corteza volcánica.
Un volcán en reposo, pero activo
El Teide no registra una erupción desde hace más de 1.000 años, pero eso no significa que esté apagado. Según INVOLCAN, los enjambres sísmicos reflejan procesos normales en un sistema volcánico activo, donde el magma y los gases ejercen presión sobre las fracturas de la roca.
Lo importante, subrayan los expertos, es que hasta el momento no se han detectado deformaciones del terreno ni anomalías significativas en las emisiones de gases. Estos son los indicadores que, junto con la sismicidad, alertarían de una posible erupción en el corto plazo.
En palabras de los científicos, los enjambres actuales forman parte de la “respiración” natural del volcán. No aumentan por sí solos la probabilidad de erupción inmediata, aunque sí confirman que el Teide continúa activo y que su vigilancia debe ser permanente.
¿Existe riesgo de erupción?
La gran pregunta es si estos movimientos podrían desembocar en una erupción. Los organismos oficiales son claros: no hay riesgo a corto o medio plazo. La actividad observada se interpreta como parte de la dinámica habitual del volcán, sin señales de que el magma esté ascendiendo hacia la superficie.
Eso no significa que el riesgo desaparezca. Como recuerdan los expertos, Tenerife es una isla volcánica y, tarde o temprano, habrá nuevas erupciones. La clave está en la monitorización constante para anticipar cualquier cambio en la actividad y garantizar la seguridad de la población.
Vigilancia reforzada y tranquilidad ciudadana
El IGN y el INVOLCAN mantienen una red de vigilancia instrumental que permite detectar y analizar con precisión cada uno de estos eventos. Su trabajo garantiza que, en caso de que la situación evolucionara hacia una erupción, las autoridades dispondrían de información a tiempo para tomar medidas.
Mientras tanto, los ciudadanos pueden estar tranquilos: los enjambres sísmicos recientes no representan una amenaza inmediata. Son, más bien, un recordatorio de que vivimos sobre un volcán activo que seguirá dando señales de vida en el futuro.
