Podría resultar pretencioso poder sintetizar en apenas unas líneas que durará este artículo de opinión el papel jugado por la República Dominicana en el mundo del tabaco más reciente. Y es que cuando hablamos de Dominicana, nos referimos al primer exportador de tabaco del mundo, incluso antes que Cuba; siendo el primer tabaco llegado a la Real Fábrica de Sevilla.
Sin embargo no fue hasta apenas unos cincuenta años que empezó a producir sus primeros cigarros que pasaron de ser monocromáticos en cuanto a su configuración, siendo normalmente de un solo tipo de tabaco con capa Olor Dominicano en la mayoría de los casos, a los cigarros premium con combinaciones de varios tipos de tabaco –comúnmente denominados ligas– y que ofrecen esa complejidad y sabor que dan al cigarro dominicano esas notas tan características; que datan una tierra con dos siglos de historia de tabaco.
Siendo un país que cuenta con unos 48,500Km2 de extensión, tiene su pico más alto en Pico Duarte a unos 3,098 metros de altitud. República Dominicana ocupa unas ⅔ partes de la Isla La Española siendo limítrofe con Haití. En sus ricas y prolíficas tierras podemos encontrar varias zonas tabaqueras que según Intabaco –Instituto del Tabaco de República Dominicana– se encuentran divididas en la zona Norte: Santiago, Espaillat y La Vega. En la zona Noroeste: Valverde, Montecristi, Santiago Rodríguez. En la zona Nordeste: Sánchez Ramírez y finalmente en la zona Central: Monte Plata. Para muchos, de las entrañas mismas del Valle del Cibao brota el mejor tabaco del mundo.
República Dominicana fue hasta hace bien poco el mayor exportador de cigarros premium frente a Cuba, en parte gracias al bloqueo americano, pero también debido a la amplia emigración de numerosas familias de origen cubano que encontraron en Dominicana un lugar donde emprender y poder arraigar. Tal es la importancia del tabaco en este territorio que representa un 11,8% de su PIB y que reporta para el país en cuanto a exportaciones unos 1.200 millones de dólares aunque este dato era a fecha 2021. País siempre hermanado con España, hoy cuenta con casi 400 empresas españolas allí radicadas.
Hoy en día y para todos aquellos que consumimos cigarros premium, nombres como Davidoff, Arturo Fuente, La Aurora, Sperlinga Tobacco, TDC, Don Eladio Díaz, Don Manuel Inoa y un largo etcétera, están presentes en nuestros humidores, en nuestras papilas y en definitiva en nuestros recuerdos más recientes, que hacen que tengamos esa inquietud por levantarnos del sillón e ir a buscar, en un mapamundi o en un globo terráqueo, este enclave paradisíaco que tan buenos momentos nos hace disfrutar.
En el año 2022 el Parlamento Dominicano promulgó y aprobó la Ley 341/2022 que declara el tabaco y el cigarro dominicano como patrimonio cultural de República Dominicana. Dice esta ley en su Considerando Tercero, que el cultivo y la producción de tabaco y el cigarro han contribuido de manera importante al desarrollo de la economía, con la participación de grupos familiares y artesanales que de generación en generación se han dedicado a esta actividad productiva. Continúa esta norma recogiendo en su breve cuerpo que la industria del tabaco y el cigarro a escala mundial han logrado un impacto significativo en el sistema productivo, incorporando nuevas tecnologías y conocimientos que colocan al tabaco y al cigarro como parte de las tradiciones, costumbres y cultura del pueblo dominicano.
Como reflexión, y para ir concluyendo estas líneas, tal vez cabe recordar que sería loable o cuando menos recomendable para algún país como este en el que vivo reconocer las bondades de este producto natural y artesanal que ha significado tanto en nuestra historia, cultura y avance como pueblo.
