Hablar de Malabusca es hablar de Santiago Hernández y a la inversa. Si me preguntan como conocí yo esta marca española de Ginebra premium, fue a través de las redes sociales y de un canal amigo como es CigarSpecialist de Carmelo y Kike, un padre y un hijo volcados con este mundo del buen fumar y sobre todo de ilustrarnos a todos aquellos que los seguimos. Como les decía en otros artículos, la pandemia como para tantas otras cosas ha marcado un antes y un después que ha permitido en mi opinión la proliferación de información y de crear nuevas sinergias y amistades entre personas de diferentes lugares y de países.
Así conocí yo esta Ginebra española de la zona levantina, en concreto de Alicante, y que resulta indispensable en los restaurantes con estrella Michelin como enseña de un producto hecho con mucha dedicación, cariño y a la par tan diferente respecto a sus hermanas. Es una marca London Dry Gin consolidada en la Península Ibérica y presente desde hace años en multitud de eventos relacionados con el maridaje efectuados con puros, de diferentes denominaciones y marcas.
Y es que es muy complicado que Santiago Hernández te dé un no por respuesta; porque como él bien dice, el no lo tiene roto. Como lo conocí personalmente es ya anecdótico, ya que en un viaje que realicé el pasado año a Alicante con motivo de mi profesión de letrado, le escribí un mensaje privado de Instagram, del que no esperaba obtener a priori respuesta. Pero he aquí, que me equivoqué de extremo a extremo y me encontré con un excelente anfitrión, y con su sobrino, con los que pude disfrutar de una tarde fenomenal en el Real Casino de Alicante, con unas vistas paradisiacas donde intercambiamos puros, pareceres, vivencias, etcétera. Aún recuerdo que fumamos una pirámide añejada de La Regenta y Juanan nos acompañó con un Open Junior de Montecristo.
El tiempo voló y, para finalizar, me brindó una botella espectacular de su ginebra y de su vodka; mas al volver al hotel topé con la dura realidad de que había ido a trabajar y a ejercer en una de las pocas plazas en las que aún no había tenido la oportunidad de desempeñar mi trabajo. Menos mal que el juicio salió muy bien.
La experiencia Malabusca comienza con el click que hace el tapón de su botella al abrirse y que es de cristal. Cuando acercas tu nariz a la botella lo primero que transmite es que se trata de una infusión fría, sin efluvios alcohólicos. Malabusca no es una marca lanzada al mercado para probar; es el fruto de un ardua labor realizada durante años que comienza en 2014, hasta que finalmente vio la luz en 2018, fecha en la que ya obtuvo la medalla de plata mundial en una cata a ciegas. Malabusca, como les decía, es una auténtica London Dry Gin, donde en su destilación se desechan cabezas y colas, quedándose exclusivamente con los cuerpos lo que hace que no sea sólo fácil de beber sino también altamente recomendable para el “postoperatorio del día de después”. Es una ginebra que no agrede, no es astringente, sino todo lo contrario, tiene una entrada en boca, fresca y deja el paladar limpio, es botánica, y floral. En ella descubrirás bergamota de Calabria, cardamomo, canela, especias alicantinas, bañadas por la brisa del mediterráneo como el tomillo limonero, la salvia o la hierbaluisa, entre otras y hasta completar sus doce elementos botánicos.
En definitiva, Malabusca es una ginebra que tienes que descubrir, para enamorarte de ella y disfrutar de 14 momentos inolvidables. Su vodka premium y otras novedades que aterrizarán en breve en el mercado son harina de otro costal.
Su desembarco en Canarias está próximo, así que permanezcan atentos a los espacios gourmet.
