Las informaciones publicadas por nuestro compañero Andrés Chaves tanto en el periódico Diario de Avisos como en elburgado.com han tenido confirmación en las declaraciones del responsable del CESM, sindicato médico, y profesor de la Facultad de Medicina, José R. Castro Conde, que han ofrecido varios medios.
En esa noticia se alertaba sobre el riesgo de desaparición de la facultad citada, por falta de profesores, al haberse jubilado gran parte de su plantilla y no haberse convocado nuevas plazas. La desidia del Gobierno de Canarias llega al punto de que desde hace dos años no se reúne la Comisión Mixta formada entre la Universidad de La Laguna y el Servicio Canario de la Salud.
La situación es, de cara al próximo curso, crítica. Y no ha podido ser resuelta ni con profesores con venia docente, ni con doctores que ocupan cargos similares a titulares interinos. No existe calidad alguna en la enseñanza, a juicio de algunos expertos. Andrés Chaves reveló que, por ejemplo, en las especialidades clínicas existe un solo catedrático en activo, un hecho insólito en los 50 años de historia de la Facultad de Medicina lagunera.
Al Gobierno de Canarias parece no importarle esta situación, ya que no ha hecho absolutamente nada por darle solución. Y a la Universidad de La Laguna, tampoco. No ha abordado el sindicato, al menos que se sepa, el asunto de la estructura de planchas de asbesto del techo de la Facultad de Medicina. El asbesto, o amianto, es altamente cancerígeno y esas planchas están prohibidas en la construcción. Llevan ahí 50 años.
Les remitimos a la noticia que se contiene en estas páginas sobre la incidencia del asbesto en un tipo de cáncer, del que se diagnostican unos 300 al año en España, el mesotelioma. El Consejo Social de la ULL ha advertido en tres ocasiones al rectorado sobre la necesidad imperiosa de no someter a profesores, alumnos y administrativos a los efectos del amianto. En 50 años nadie ha sabido darle una solución al asunto.
El sindicato médico citado ha hecho su reivindicación desde la sede del Colegio de Médicos de Santa Cruz de Tenerife. Parece extraño que no la haya planteado desde la propia Universidad de La Laguna, desde donde hubiera tenido mayor resonancia. La desidia en cuanto al problema, tanto desde la propia Universidad como desde el Gobierno de Canarias es palmaria. La voz de alarma ya está dada, en los dos casos: ausencia de profesores y condiciones peligrosas para alumnos, docentes y administrativos de las instalaciones de la Facultad de Medicina. Ahora lo que hace falta es que alguien reaccione. Está en juego no sólo la salud de muchas personas sino también el prestigio de la ULL.
Y hay que poner en evidencia el hecho de que este centro docente esté a punto de cerrar, sobre todo por falta de docentes que formen a los 892 alumnos matriculados en Medicina este año.
