⏱ 2 min de lectura
Varios funcionarios occidentales han asegurado que Rusia, o agentes vinculados a Moscú, están utilizando drones de vigilancia para patrullar las rutas terrestres y ferroviarias que Estados Unidos y sus aliados emplean para trasladar material militar a través del este de Alemania con destino a Ucrania. Según esas fuentes, la recogida sistemática de imágenes y otros datos podría servir tanto para planificar saboteos contra los convoyes como para proporcionar inteligencia a las fuerzas rusas en el frente.
La noticia ha encendido todas las alarmas en Berlín y en los aliados. Alemania ya había detectado y abierto investigaciones por avistamientos de drones no identificados sobre instalaciones militares y bases de la OTAN en 2024 y principios de 2025, lo que obligó a reforzar la vigilancia aérea y a revisar procedimientos de seguridad alrededor de corredores logísticos sensibles. Un dron puede ofrecer un panorama operativo útil para lanzar ataques de sabotaje con bombas improvisadas, cohetes o ataques selectivos contra infraestructuras.
El patrón de actividad descrito incluye vuelos de aparatos de reconocimiento concentrados en el estado federado de Turingia y otras zonas del este alemán, además de lanzamiento de drones desde buques en el Báltico. La táctica —si se confirma plenamente— permitiría a Moscú rastrear horarios, número de vehículos, tipos de remolques y puntos de descanso, facilitando posteriormente operaciones encubiertas o ataques con vehículos ligeros. La intención es clara: recabar inteligencia para debilitar la cadena de suministro que sostiene a Ucrania.
Moscú, sin embargo, ha rechazado las acusaciones y ha tachado los reportes de “noticias falsas”. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que le resultaba difícil creer que tales vuelos hubieran pasado desapercibidos a las autoridades alemanas y aseguró que, si hubieran ocurrido, Berlín lo habría denunciado. La negativa pone de manifiesto el choque de versiones entre los servicios occidentales y el relato ruso, pero no disipa la preocupación: independientemente de la autoría última, la presencia de drones sobre corredores logísticos plantea un riesgo tangible para la seguridad.
Analistas militares piden a la OTAN y a Alemania medidas prácticas —desde sistemas de detección y neutralización electrónica hasta patrullas terrestres más robustas— y una mayor transparencia hacia la población local sobre riesgos y protocolos.
