Con Álvaro Cervera, el C.D. Tenerife parecía otro equipo. Perdió ante el Osasuna en el Rodríguez López (1-2), con autogoles de León y de Enric García, y gol de León, pero reivindicó su juego, ataca con mayor vigor y Teto dio una exhibición en el centro del campo. A mí se me parece cada día más a Pedri y este es un buen referente.
El Osasuna marcó sus dos goles (en realidad, dos desafortunados autogoles del Tete) en centros desde la esquina –dos córners–, pero el Tenerife en la segunda parte dio sensación de que puede remontar su difícil situación, si sigue jugado así.
Cervera lo sabe y al final del partido hasta jugó con dos delanteros centros, Enric Gallego y Ángel, que no se estorbaron. Marlos también cumplió, desde que entró en el campo, una excelente actuación; y eso que no hicieron sino darle leña.
El Tenerife no mereció, ni mucho menos, perder. Cuando adquiera una óptima forma física estoy seguro de que va a ganar muchos partidos de la segunda vuelta de la competición liguera.
Le hacía falta Cervera, su fichaje ha sido un acierto y desde luego es el entrenador indicado para sacarlo del camino hacia la Primera Federación, aunque será una tarea de titanes. Empezando por ganarle al Levante. Ayer había más de 16.000 personas en el estadio. Y esto da a entender que la afición no ha abandonado al equipo. Buena señal.
Veremos lo que nos depara la Liga. De momento, los ingresos de la Copa se quedan ahí, en el partido de ayer. Todavía no puede el Tete inscribir jugadores, a menos que el Barcelona logre inscribir de manera tramposa a Dani Olmo, con lo cual el fair play financiero quedará en nada, se irá a la mierda, lo que no sería bueno para la Liga, ni para nadie. Sería una tomadura más, otra venta de humo de Laporta.
¿Podría salvarse el Tenerife? Ya digo que sería una tarea de titanes, pero, ¿por qué no? Cosas más difíciles se han visto en el fútbol. De momento se vio hoy que sus jugadores pueden jugar muy bien, si quieren. Durante la segunda parte realizaron un gran esfuerzo y la delantera fue capaz de inquietar al Osasuna en varias ocasiones. O sea, que esperanzas sí que hay. Pocas, pero las hay. Lo de hoy fue mala suerte: dos goles en propia meta.





