El príncipe Andrés, hermano del rey Carlos III, ha anunciado su renuncia al título de duque de York y a los honores asociados a la Casa Real británica. La decisión, comunicada este viernes, llega tras años de críticas por sus vínculos con el financiero estadounidense Jeffrey Epstein y nuevas informaciones sobre reuniones con un funcionario chino implicado en un caso de espionaje.
En un comunicado difundido por el Palacio de Buckingham, Andrés de Inglaterra afirmó que dejará de usar su título nobiliario y los honores que le fueron conferidos “para no distraer del trabajo de Su Majestad y de la Familia Real”. “He decidido, como siempre, priorizar mi deber hacia mi familia y mi país. Mantengo mi decisión de hace cinco años de retirarme de la vida pública”, declaró.
El príncipe, de 64 años, seguirá conservando el tratamiento de “su alteza real” y el título de príncipe por nacimiento, aunque sus demás distinciones —entre ellas, la Orden de la Jarretera— quedan en suspenso. Este gesto simboliza un nuevo paso en su progresivo aislamiento dentro de la monarquía británica, tras verse envuelto en diversas controversias que han dañado la imagen de la institución.
De acuerdo con la BBC, Andrés no pasará la Navidad con la familia real en Sandringham y permanecerá en su residencia de Windsor, Royal Lodge, cuyo contrato de arrendamiento se extiende hasta 2078. Su exesposa, Sarah Ferguson, también dejará de utilizar el título de duquesa de York.
La decisión habría sido adoptada tras intensas conversaciones con el rey Carlos III y otros miembros de la familia. Entre los factores que precipitaron la renuncia destacan la relación del príncipe con Epstein —fallecido en prisión en 2019 mientras esperaba juicio por tráfico sexual— y las recientes revelaciones sobre sus contactos con el funcionario chino Cai Qi, presuntamente implicado en actividades de espionaje. Según medios británicos, Andrés se reunió con él en al menos tres ocasiones e incluso lo invitó al Palacio de Buckingham.
En su comunicado, el príncipe insistió en su inocencia: “Niego rotundamente las acusaciones en mi contra”.
La renuncia del duque de York representa un intento de la Casa de Windsor por cerrar uno de los capítulos más controvertidos de los últimos años. Mientras Buckingham busca proteger la imagen de la monarquía, el futuro público del príncipe Andrés parece cada vez más limitado y alejado de cualquier papel institucional.





