En apenas unas horas, los populares han vivido dos episodios muy distintos alrededor del ministro de Política Territorial y Memoria Democrática: una reprobación fallida (por mal calculada) en el Congreso y el anuncio de que pedirá, en el Parlamento de Canarias, reabrir la comisión de investigación sobre la compra de material sanitario durante la pandemia para que el ex presidente regional vuelva a comparecer.
La pregunta de fondo es doble: ¿hay realmente materia nueva que justifique reabrir la causa política en Canarias? ¿O estamos ante otra maniobra de desgaste que corre el riesgo de volverse contra quienes la impulsan?
Disparo fallido en Madrid
En Madrid, el PP llevó al Pleno del Congreso una moción que acusaba a Torres de “conducta impropia” y de haber mentido en la comisión de investigación del caso Koldo. El objetivo era censurar su papel en los contratos de mascarillas y test durante la pandemia y que permanezca en el centro del escenario político nacional para desgastarle a él y Sánchez.
Desde la tribuna, el PP elevó el tono, acusando al ministro de cometer un delito al mentir en sede parlamentaria sobre su relación con Koldo García y Víctor de Aldama, y extendiendo la sombra de la corrupción hasta el propio presidente del Gobierno.
Enfrente, el PSOE y sus socios respondieron acusando a los populares de “retorcer” el informe de la UCO y de practicar una doble vara de medir mientras guardan silencio ante casos que salpican a dirigentes del PP, como el de las mascarillas en Almería, un caso aparecido al rescate en las últimas horas.
Más allá de la bronca, queda claro que la jugada les ha salido mal, consumiendo una bala parlamentaria fuerte sin tener garantizada la mayoría necesaria. El resultado: 168 votos en contra, 145 a favor y 33 abstenciones, con Vox negándose a apoyar finalmente el texto y optando por desmarcarse. La derecha no tenía los números y lo sabía. Aun así, decidió forzar la votación.
Esa “pasada de frenada” convierte la derrota en fotografía. Torres sale del Congreso sin reprobación y con el relato, al menos parcialmente, de que su principal acusador no logró convencer ni siquiera a toda la derecha.
Vox, árbitro interesado
La abstención de Vox fue otro mensaje. Su portavoz justificó la decisión alegando que el PP rechazó una enmienda propia y remató con un ataque frontal diciendo que los populares “carecen de credibilidad en la lucha contra la corrupción” y forman parte de la “estafa del bipartidismo”.
Vox consigue marcar distancias con un PP en un contexto en el que las encuestas muestran su crecimiento a costa de los populares y está claro que ahora toca explotar cada tropiezo del PP. Parece mentira que nadie en las filas populares lo vieran venir.
La nueva ofensiva se traslada a Canarias
Con la moción caída en Madrid, la siguiente partida la quiere jugar en Canarias, anunciando el PP que pedirá reabrir la comisión de investigación sobre la compra de material sanitario en la pandemia y que Torres vuelva a comparecer ante el Parlamento autonómico.
La base de esta petición es el minucioso informe de la UCO de la Guardia Civil, que detalla mensajes de Torres con Koldo García y su participación para desbloquear pagos millonarios a la empresa Soluciones de Gestión, vinculada al empresario Víctor de Aldama.
La oposición popular habla de un papel “relevante e imprescindible” del entonces presidente canario para que la trama aterrizase en las islas y cifra en torno a 17 millones los pagos bajo sospecha, a los que suman otros 4 millones del conocido “caso RR7”.
La idea de los populares es que si hay un informe nuevo, debe haber una nueva declaración. El relato que buscan construir es que Torres “bloqueó” la comisión autonómica y que ahora, con más información sobre la mesa, ya no puede escudarse en la falta de datos.
¿Reabrir la comisión para qué?
En un Parlamento como el canario, con un Gobierno de coalición CC-PP-ASG-AHI que dispone de mayoría absoluta, reabrir la comisión es, técnicamente, posible si el bloque de gobierno lo desea. Otra cosa es qué se gana con ello.
En el mejor de los escenarios para el PP, una nueva comparecencia de Torres podría profundizar en las contradicciones entre sus versiones previas y lo recogido ahora por la UCO, poner el foco en la presión política sobre unos pagos digamos cuestionables y, sobre todo, mantener vivo el caso en la agenda mediática.
En el peor de los casos, la jugada puede producir exactamente lo contrario, ofrecer a Torres un altavoz más para reivindicar que la UCO no ha encontrado delitos y que la derecha lleva “dos años difamándole” sin pruebas penales, reforzar la sensación de que el Parlamento se usa como prolongación de la campaña permanente y así desgastar no solo al PP sino también a CC, sobre todo si, como se espera, no aparece ningún dato nuevo relevante.
Lo cierto es que a esta alturas no parece que una nueva comparecencia cambie percepciones (mucho menos, situaciones judiciales) más allá del electorado ya convencido. Al final, terminará siendo mucho ruido para pocas nueces.





