El acuerdo “sigiloso” sobre los menores no acompañados alcanzado por Fernando Clavijo, presidente de Canarias, con la anuencia del PP de las islas, y el PSOE, excluyendo a Cataluña y el País Vasco (“no hay café para todos”, ha dicho Turull, secretario general de Junts), ha encendido al PP nacional, que parece dispuesto a no aceptar en sus comunidades el reparto de menores que se pretende, si finalmente no entran catalanes y vascos en la ecuación.
El acuerdo, cuyo contenido se desconoce, fue tomado entre Clavijo y la ministra de Sánchez de origen palestino, Sira Rego, con competencias sobre Juventud e Infancia. Ninguno de los dos ha sabido explicar claramente cómo van a ser repartidos esos menores y existen titubeos y contradicciones en sus propias declaraciones.
El PP acusa a Sánchez de comerciar su permanencia en el Gobierno con los independentistas vascos y catalanes, usando como moneda de cambio a los propios menores, que siguen en Canarias y en Ceuta, a pesar del confuso acuerdo.
Más de 4.500 niños y niñas que desconocen su futuro, pero que en Canarias está muy coartado por el territorio, por la precariedad de medios y por la imposibilidad material de recibir una educación adecuada que garantice su propio futuro. En Ceuta, no digamos.
El PP de las islas, que Gobierna con Coalición Canaria, partido presidido por Fernando Clavijo, ha apoyado el acuerdo, pero su presidente, Manuel Domínguez, queda ahora retratado ante un PP que rechazó, con Vox, la nueva Ley de Extranjería en el Congreso. El PSOE va a tener muchas dificultades para convalidar en el Congreso un decreto-ley del Consejo de Ministros para el reparto de los menores, ya que necesita los votos del PP y de Junts y por ahora no los tiene, o al menos esto es lo que se deduce del cabreo de sus líderes regionales ante el acuerdo.
¿Acabará todo esto con una ruptura del PP, por la actitud del partido en Canarias? Puede que el PP de Feijóo en Madrid no se haya enterado aún del drama de la emigración infantil y juvenil. Dirigentes populares, no uno sino varios, han mostrado su disconformidad con el pacto entre el Gobierno de Sánchez y Fernando Clavijo, sobre todo cuando se ha sabido que ni Cataluña ni el País Vasco aceptan el reparto de menores en su territorio. Pero esta oposición de vascos y catalanes tampoco ha sido concretada oficialmente. Los firmantes del acuerdo lo niegan.
Todo está envuelto en un secretismo fuera de lugar porque los que están en medio son seres humanos, a los que hay que ofrecerles un futuro que ahora no tienen. Va a ser difícil que el PP, al menos algunas de sus comunidades, acepten este pacto.
Las declaraciones más duras contra el acuerdo han sido las de Carolina España, portavoz de la Junta de Andalucía, que ha tildado de “miserable” la actitud de Pedro Sánchez, “que utiliza a los menores para mantenerse un día más en La Moncloa”.
Con esta crispación que ha originado el acuerdo, primero se abre una brecha entre el PP de Madrid y el PP de Canarias y luego parece justo el enfado del Partido Popular, si es verdad que Cataluña y el País Vasco no van a ser solidarios con el reparto. Parece absurdo que la Península reciba a esos menores en todas las comunidades menos en dos. Que alguien lo explique.
