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lunes, 1 diciembre,2025

El periodismo moderno

Compañeros en esta apasionante aventura de El Burgado me echan en cara, con alguna reiteración, mi afición por el periodismo escrito, más que por grabar videos para las redes, donde al parecer tienen cierto éxito. Miren ustedes, las redes pueden ser una moda y un poderoso elemento de comunicación entre los seres humanos, pero también son una mierda. Yo me niego a rendirme ante ellas aunque produzcan algo de dinero a los inversores y a los regadores de noticias. Y pongo por delante el noble oficio del periodista en la crónica, en el ensayo, en el reportaje y en cualquier disciplina del amplio abanico de posibilidades que ofrece la información de toda la vida. Y antes me retiro que claudico, aunque por razones más que elementales deba hacer algunas concesiones a la modernidad. Son las redes las que están destrozando el idioma, las que idiotizan a la población, las que alimentan el bulo y el rumor interesado y las que confunden a la población mundial. Aun así trabajaré para ellas, aunque de manera prudente y sin lanzarme al barranco sin paracaídas como hace esa panda de analfabetos que pueblan las redes sociales y las alimentan gravemente con sus disparates, convirtiéndolas en una especie de biblia, capaces de ganar y de perder, por ejemplo, las elecciones de un país y de desarrollar un producto comercial absolutamente inútil. Así que a los jovencitos cuyos cerebros no se han desarrollado del todo, y aún a los brillantes cerebritos, les diré que haré un caso relativo a sus sugerencias porque el periodismo escrito, bien escrito, ni puede ni debe desaparecer. Lo que hay que hacer es leer más y dedicar más esfuerzo a la reflexión serena y no estar toda la puta vida pendiente de un móvil para intentar digerir disparates y para transmitirlos. Llegará un momento en que los móviles serán prohibidos en lugares inadecuados. Recuerdo, una vez, durante un viaje a Santiago de Compostela, se me antojó una comidita de mariscos en el Parador Nacional. Yo iba con una amiga. En la mesa de al lado, una familia de cinco miembros, la pareja y tres hijos de edad variada, sacaron sus móviles, se pusieron a manipularlos y así estuvieron más de dos horas, sin hablar entre ellos ni probar apenas los manjares que les habían servido. Como método de adelgazamiento puede que esté bien, pero como uso social de la reunión del almuerzo, para una familia esto es abominable. Pues para el periodismo también. Por eso me niego a  vivir de las redes, aunque esta dedicación dé mucho dinero, que tampoco.

Andrés Chaves
Andrés Chaves
Periodista por la EOP de la Universidad de La Laguna, licenciado y doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, ex presidente de la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife, ex vicepresidente de la FAPE, fundador de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna y su primer profesor y profesor honorífico de la Complutense. Es miembro del Instituto de Estudios Canarios y de la National Geographic Society.

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