El Ejecutivo laborista del Reino Unido ha presentado este lunes un proyecto de reforma del sistema de asilo que plantea cambios profundos para restringir el acceso a derechos hasta ahora garantizados para los refugiados. La ministra del Interior, Shabana Mahmood, ha defendido el plan como una “nueva forma de asilo”, aunque ya ha suscitado críticas incluso dentro de su propio partido.
Entre las medidas más controvertidas figura la supresión del derecho automático de los solicitantes de asilo a recibir alojamiento y subsidios semanales, lo que supone un recorte del apoyo público a quienes estén pendientes de resolución de sus casos. Además, el periodo necesario para que un refugiado pueda solicitar la residencia permanente se extenderá de cinco a 20 años, según el diseño previsto por el Gobierno.
Otro punto clave del plan es el endurecimiento de los requisitos para obtener la residencia indefinida: los migrantes deberán demostrar que han contribuido a la sociedad (mediante empleo o voluntariado), tener un buen nivel de inglés, no haber recibido prestaciones sociales, ni tener antecedentes penales.
La reunificación familiar también sufrirá cambios: ya no será un derecho automático, sino que dependerá de nuevas condiciones más rigurosas, lo que limita la posibilidad de traer al Reino Unido a familiares cercanos para muchos refugiados.
En cuanto a la protección temporal, los refugiados recibirán un estatus de 30 meses, tras el cual sus casos serán revisados periódicamente (cada 30 meses) y, si su país se considera seguro, podrían ser devueltos.
Las autoridades también han adoptado inspiración en el modelo danés, especialmente en lo relativo a la obligatoriedad de que algunas personas contribuyan económicamente: según el plan, podría permitirse confiscar algunos bienes de los solicitantes para sufragar los costes de tramitación.
La reforma ha generado rechazo en múltiples ONG dedicadas a refugiados, que advierten de su dureza y de riesgos para la protección internacional, así como críticas entre algunos diputados laboristas que consideran que el discurso se acerca al de posiciones más extremistas.





