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Bonitos estamos. Y que vivan las casualidades. Iván Chirivella es un comandante e instructor de Vueling, que en estos días, antes de un vuelo Valencia-París, mandó a expulsar de su avión a un grupo de críos judíos que entonaban canciones hebreas. Parece que los chicos no eran violentos, ni se pusieron chulos, pero el comandante Chirivella, que es canario y que lleva 12.000 horas de vuelo en esta compañía, tenía bastante interés en que salieran del avión. Al final me dicen que los dejaron en tierra y por eso los israelíes están que trinan. Se da la circunstancia de que Chirivella fue quien instruyó a los pilotos suicidas del 11 S, Mohamed Atta y Al Shehhi, cuando ejercía de profesor en una escuela privada de pilotos en los Estados Unidos. Tras el 11 S fue expulsado del país por el FBI, que le investigó, sin que se hallaran cargos contra él, pero Inmigración no le renovó el permiso de residencia en los Estados Unidos. Ahora trabaja en Vueling como comandante de vuelo, desde 2006. Y se ve envuelto en un episodio en el que están involucrados adolescentes judíos, de nacionalidad francesa, que no eran ni mucho menos violentos, sino que se comportaron como lo que son: jóvenes. Ocurre todos los días en las excusiones veraniegas de los chicos. Ya es mala suerte para Chirivella, joder, primero instruir, sin saber sus intenciones, repito, a los suicidas del 11S y después echar a los niños judíos de un avión, cuando la ola antisemita se extiende por el mundo, con gran repercusión además en los medios de comunicación. Chirivella escribió un libro, tras el 11 S, titulado “Cómplice e inocente”. Y la verdad es que era inocente, porque no se podía imaginar que aquellos dos alumnos asesinos iban a empotrar los aviones contra las Torres Gemelas. Aún así, los americanos no quieren verlo por allí. Más que nada, por gafe.
Bueno, y el colmo, hay una foto que circula por las redes sociales, más que nada por X (antes Twitter), en la que puede verse a Pachi López con un birrete de graduado (en ingeniería industrial), cuando se sospecha que su expediente académico revela que más bien es poco estudioso el exlendakari, que sólo aprobó unas cuantas asignaturas, que no tiene el título y que sus biografías son más falsas que la tesis doctoral de Pedro Sánchez. Que no es propiamente falsa, pero que fue copiada alevosamente, lo mismo que falsificó otros nombramientos y cargos y carguitos. Parece que Pachi López es todavía más burro (académicamente hablando) que Oscar Puente, que hizo un máster ad hoc, organizado por el propio PSOE en una institución que no cuenta con habilitación legal para otorgar un máster académico. Un desastre estos tíos.
Yo creo que Puente, con esa cara, no sacará jamás un máster de verdad y se tiene que agarrar a uno chimbo para tener algo que decir en el currículo. Estos, como la Bego, quieren hacer carreras sin hacerlas, son vagos inmisericordes y sólo pretenden engordar sus currículos a fuerza de mentiras, de confusiones interesadas. Es como si yo pusiera en mi currículo: “Estudió Medicina en Sevilla”. ¡Pero si sólo aprobé el inglés y me pasé allí dos años de puta madre, desmayándome cada vez que veía a un muerto en la sala de disección, hasta que mi padre me trajo por las orejas, que todavía me duelen! Otra que tal baila es la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, que se tituló doctora por la Universidad de Roma, cuando en Italia no existían entonces los doctorados académicos (ahora, tras el Plan Bolonia, sí) y que la palabra “dottoressa” equivale a una antigua licenciatura en España.
Pues ella se aprovechó del lenguaje para elevarse a doctora. Ya lo ha rebajado a licenciada, como realmente merece su estatus académico. Caradura también esta vieja militante, exministra y esas cosas. En fin, que no se atrevan a jurar por el birrete de Pachi López, porque sería un juramento falso. Qué decir de la dos veces licenciada chimba Pilar Bernabé, filóloga de pacotilla, delegada del Gobierno en Valencia, que no terminó ninguna de las dos carreras que dice que llevaba a sus espaldas. Mentirosa, dimite, caradura. Por cierto, que el Cabildo de Lanzarote parece que no ha podido declarar “persona non grata” a Sánchez (como yo afirmé, por error), porque se ha metido por medio el ministro Torres para impedirlo. Yo pensé que eso ya estaba hecho. Pues que venga; total, lo iba a hacer de todas maneras. Canarias es tierra hospitalaria. Ahora, a la calle no creo que pueda salir por el miedo a los palos de escoba que sufre el Galgo de Paiporta. Este país no tiene remedio. Ni con Pedro ni sin él.
