Begoña no quiere que la graben

El juez Peinado, que instruye las causas contra Begoña Gómez, la mujer de Sánchez, por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios, si es que no hay más, que puede ser, se ha visto injuriado y calumniado por medios de comunicación afines al PSOE. Lo han atacado sin pudor, con mentiras, noticias falsas y falacias. Sin piedad. El juez, cumpliendo con su obligación, supongo que grabará con una cámara, como es preceptivo, la declaración de la señora Gómez, que ha pedido al magistrado que le recojan su voz pero no su imagen. No sé lo que determinará el magistrado Peinado, que es un hombre escrupuloso en su actuación judicial, pero la mujer del presidente del Gobierno –que no sólo tiene que ser honrada, sino parecerlo— no debería disfrutar de privilegios, como tampoco los tuvieron la Pantoja, Rajoy ni Cristiano Ronaldo y eran personajes todavía más públicos que seña Begoña. Así que, si el juez estima grabarla, estaría cumpliendo con su obligación. Y que el PSOE no se atreva a hablar de filtraciones posteriores porque el PSOE cuando quiere filtrar algo, lo filtra sin pudor. Es el mayor filtrador del Reino. Porque en este país de mierda se filtra todo. Otra cosa que me preocupa es la actuación del Tribunal Constitucional. No sé en qué acabará, cuando todo esto pase, este tribunal de garantías, no de casación, pero sus actuaciones son, cuanto menos, esperpénticas y partidistas. Los cuatro magistrados del sector llamado conservador –los otros se llaman progresistas— podrían querellarse contra sus compañeros que amparan por sistema la malversación, pero ¿ante quién? ¿Ante Estrasburgo? Por cierto, si yo fuera Miguel Zerolo estaría pidiendo responsabilidades al Ministerio de Justicia, porque se pasó cinco años y medio en prisión y aún duerme con una pulsera en el tobillo, condenado por el mismo “no delito” por el que ahora sueltan a los de los ERE y quieren amnistiar a los revoltosos catalanes. Y Zerolo no se enriqueció, porque fue absuelto del delito de cohecho. ¿A dónde va España? ¿Por qué a los fiscales se les llaman defensores de la legalidad? Yo pregunto.