Ha dicho Ayuso que si ella, en la Conferencia de Presidentes Autonómicos, escucha hablar en otro idioma que no sea el español, se levanta y se manda a mudar. O sea, que no usará pinganillo. Parece de gilipollas que si el idioma común es el español, alguien se ponga a hablar en catalán o en euskera, como pasa en el Congreso. No es por nada, pero eso es de idiotas irredentos. Así que mi solidaridad absoluta con Isabel, a la que –sin conocerla—le tengo infinito aprecio, por su valentía, por su dignidad, por su espíritu combativo, por cómo tiene a la Comunidad de Madrid y por su inteligencia política, tan pegada a la lógica. Porque es una mujer que gobierna con la lógica como manual. La paliza electoral que le va a dar al tal Óscar López, al que no conocen ni en su casa a la hora de comer, va a ser de libro. Le ganará Ayuso por goleada y volverá a callar muchas bocazas. Lo más probable es que esa Conferencia de Presidentes, que se celebrará donde no tendría que celebrarse, es decir, en Cataluña, es que acabe como el rosario de la aurora, así que Sánchez acusará a Feijóo de haberla saboteado. Y, si no, lo verán. Y más si los presidentes del PP, que son mayoría, se levantan de la mesa y se van detrás de Díaz Ayuso, lo que me parecería muy bien. Que vayan, que desayunen con el rey, que asistan a la reunión con el monarca y que cuando empiece la de Sánchez se levanten y se vayan, porque me da que es una trampa como todas las suyas, una tomadura de pelo. Y que Fernando Clavijo se quede, a ver si Sánchez obedece al Supremo y se lleva a los menas de Canarias, donde no tienen que estar. Pero Sánchez al único tribunal que obedece es al suyo propio, al Constitucional, porque tiene a su presidente en su círculo más íntimo. Un día de estos Pumpido tendrá que explicar a los españoles muchas cosas. No es el momento, pero el momento llegará, no les quepa a ustedes duda.
lunes, 1 diciembre,2025





