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En un partido marcado por la tensión, la paciencia y la juventud, el Real Madrid se impuso por la mínima ante el Getafe en el Coliseum gracias a un solitario tanto de Arda Güler, la joven joya turca que empieza a escribir su historia en la Liga. El 0-1 final permite a los de Carlo Ancelotti seguir pisándole los talones al FC Barcelona en la lucha por el campeonato.
Con la vista puesta en la inminente final de Copa del Rey, Ancelotti optó por introducir rotaciones en su once inicial. Jugadores como Endrick, Brahim y Güler partieron como titulares.
A pesar de los cambios, el Real Madrid mostró desde el inicio una actitud dominante. En el minuto 20, Arda Güler se hizo con el balón en la frontal del área y, con un derechazo (su pierna mala) preciso, batió a David Soria. Un gol de gran factura que hizo justicia al dominio blanco.
El joven turco fue sin duda el nombre propio del encuentro. Más allá del gol, Güler brilló por su visión, su capacidad para filtrar pases entre líneas y su confianza en el uno contra uno. Su actuación fue ovacionada por la afición madridista desplazada a Getafe, que empieza a ilusionarse con su crecimiento.
Ancelotti no escatimó en elogios: “Tiene talento, pero lo más importante es su cabeza. Juega como si llevara años en el primer equipo”.
El equipo de José Bordalás, que pelea por asegurar la permanencia y por Europa, una paradoja, no se dio por vencido. Tras el descanso, incrementaron la presión alta y trataron de incomodar la salida de balón del Madrid. Sus delanteros tuvieron acercamientos, pero se toparon con un Courtois seguro bajo palos.
El belga fue clave en los últimos minutos, desviando un disparo a quemarropa que pudo haber significado el empate. La zaga blanca, liderada por Asencio Y Tchouameni, supo resistir las embestidas locales con oficio y temple. Alaba y Camavinga resultaron lesionados y el Madrid jugó casi diez minutos con diez jugadores. Ancelotti había agotado las ventanas.
En los últimos compases, el Real Madrid se dedicó a dormir el partido. El ingreso de Dani Ceballos ayudó a gestionar la ventaja y conservar la posesión. La experiencia del equipo salió a relucir, demostrando madurez y control emocional en un contexto adverso.
Con esta victoria, el Madrid mantiene la presión sobre el Barça, que sigue en lo alto de la tabla. Cinco jornadas por delante, y todo sigue abierto.
