El ministro Ángel Víctor Torres, titular de Política Territorial y de Memoria Democrática, podría dimitir esta semana. Sería otra víctima de Sánchez, que se mantiene ahí, a trancas y barrancas, a la espera de que alguien –que no sea Illa, por lo que opinan los periódicos— quiera sustituirle en la presidencia del Gobierno. No es tan fácil: primero, tendría que ser un nombramiento consensuado con los propios y con los Frankenstein; y, segundo, Sánchez pasaría a ser diputado raso, para seguir aforado y no tener que ceder su futuro judicial a un juez de instrucción, como cualquier ciudadano. Eso, si el Congreso vota al nuevo candidato. Pero todo apunta a que Sánchez está más acabado que Machín. Y en cuanto a Torres, yo le presumo la inocencia. Durante su etapa como presidente autonómico de Canarias fue un hombre intachable, dialogante y discreto. Si se la metió alguien doblada y él firmó, puede ser, no digo que no. Pero tampoco creo que conscientemente haya cometido alguna irregularidad, ni que haya pisado un puticlub o un piso/sexo de los de Koldo/Aldama en Atocha; o al menos me sorprendería lo contrario. Claro, que queda la culpa “in vigilando” que siempre ha gustado tanto a los sociatas cuando se trataba de asuntos del PP. Y a lo mejor alguno de sus colaboradores le metió a Torres doblado el asunto de las mascarillas, de cuando el covid, que creo que se pudren en un almacén o se las han comido las ratas, porque no sirven para nada. Y se pagó una millonada por ellas, sabe Dios a quién y por qué. Y si se trata del caso de los hidrocarburos y de la trama venezolana, ahí sí que no tengo información, pero parece que es por ese sendero por el que discurre la sospecha. En todo caso, sospecha. Porque se habla de una ruta de petróleo venezolano hasta Tenerife, donde se iba a montar incluso una refinería para luego distribuir el crudo refinado. ¿Y qué pinta Torres en la supuesta trama? ¿Ficción, realidad? Él sabrá. Hablo en hipótesis, más bien para salvaguardar la honorabilidad de Torres, que yo no la discuto hasta que no me lo diga una sentencia judicial firme. Pero todos están hablando de la dimisión inmediata del ministro, lo cual llevaría consigo la retirada inmediata de Sánchez, porque un presidente no puede seguir en el cargo con todo su equipo más cercano imputado. También ha dimitido el personaje de Hacienda que quitaba multas –supuestamente— a fuerza de parné. Joder, resulta que es el mismo tipejo que presidía el Tribunal Económico Administrativo Central que me negó todas las alegaciones hechas por mí para defenderme de una sanción injusta de la Agencia Tributaria. Por cierto, la Montero, “in vigilando”, también está tocada, aunque no se le entienda nada de lo que habla. Ni falta que nos hace.
lunes, 1 diciembre,2025





