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Yo ya estoy convencido: el PSOE se ha vuelto loco. Ángel Víctor Torres, ministro de la cosa, como dicen en La Palma cuando uno se enajena, “disparó”: Pide para Sánchez el Premio Nobel de la Paz por su postura sobre Gaza. Si a Sánchez, que además es gafe, le otorgaran el premio Nobel de la Paz, la Fundación Nobel se iría a hacer puñetas, aunque es verdad que se lo concedieron a Obama, que más tarde sí se lo mereció cuando se cargó a Bin Laden, al tiempo de ser elegido presidente. Ahora bien, si la concesión del Premio Nobel de la Paz supusiera la jubilación de Sánchez, yo lo votaría –de poder hacerlo— para que se fuera a la República Dominicana a disfrutar de los posibles suyos y de la Bego y que no apareciera más por aquí, ni de vacaciones. Es tal el influjo que el sátrapa ejerce sobre algunos de sus allegados y paniaguados y subvencionados que a mí la cosa llega a asustarme. Ángel Víctor, que parecía un hombre ponderado, tranquilo, no ha dudado en proponer que su jefe, su puto amo, sea el candidato ideal a la herencia pacífica de Alfred Nobel. ¿Ustedes se imaginan a este personaje, con Begoña con traje de cola, en Suecia, recogiendo el premio de manos del rey Gustavo Adolfo? Como dice el mago, sería “la” fin del mundo, que es una expresión que el rural feminiza siempre, no se sabe por qué. Desde luego, sería el hazmerreir de Europa, porque la comisión del Nobel debe saber que, a Sánchez, Gaza le importa un puto huevo y que lo que quiere es salvarse, él y su familia, de la trapisonda que tienen montada en los juzgados su mujer, su hermanito y él mismo, si se descuida, desviando la atención hacia un genocidio que no existe. Existe una guerra, con sus lamentables y tristes e injustos daños colaterales. Pero Gaza, lo que se dice la situación de la gente de Gaza, a Pedro Sánchez ni le va ni le viene, a decir de quienes le conocen bien. Sería la primera vez que el Nobel premiara a un mentiroso compulsivo, a un sociópata de campeonato, al que sólo le importa salvarse él y escapar de la quema y de camino escapar a su familia distrayendo la atención de los españoles con Gaza. Y el pobre Torres ejerciendo de bufón, de cantor de las andaduras del todavía presidente, a cambio del sueldito de ministro y de que, si pueden, le salven a él de la presunta trama del petróleo de Venezuela y la refinería en Canarias, que parece a punto de caer en los informes de la UCO. Ay, mi madre.
