Como si fuera una amita de casa, aquí tienen ustedes a la señorita Oramas, que no se baja del coche oficial desde que Franco era trompeta de la Legión, ejerciendo de amita de casa en una sesión parlamentaria presidida por ella.
Hacía frío y hacía calor. O es tonta de capirote, o le falta un agua, o pipas a la hora, pero fíjense en su discursito de modista de El Tiempo entre Costuras. Se me parece a cierta periodista que dice las mismas tonterías, pero para qué nombrar. En fin, que esta es la calidad/cualidad de nuestros parlamentarios. Así viene Ábalos y les da a todos/todas sopas con hondas, porque Ábalos será corrupto –o lo parece–, pero también es un cachondo y a mí me hace gracia, no por lo que hace sino por lo que dice que no hace. En fin, un amigo me llama para que cambie el Pipol viejo de la Virgen del Pino y le contesto la verdad: que estoy agotado. Ayer, tomando una caña con Mariano Ramos, el dueño de Los Limoneros, me confesé: “Mariano, estoy agotado”. Y Mariano lo entendió y me dio la razón y me dijo que lo mío no tiene nombre.
¿Y saben lo peor? Que ya leo mucho menos porque estoy agotado hasta para leer. Lo último que he leído es un curioso libro de Jorge Fonte sobre la estancia de Los Beatles en el Puerto de la Cruz, titulado “Fron Me To You”, en el que aparece algún dato nuevo de esa estancia y se cita un artículo mío en el “Diario de Avisos”, titulado “Mara, aquella chica portuense que bailó con Los Beatles”. A ver si lo recupero y lo publico en El Burgado para refrescarles la memoria. Mara aparece citada también en el texto del citado libro, mi amiga Mara Martínez Acosta, que sigue estando guapa a sus 80 años que va a cumplir o que ya cumplió. Guapa, no, guapísima. Y que, además, es una excelente actriz, como lo demostró en “Mueca”, con su hija Vanessa. Bueno, pues el libro, que me consiguió Agapea, está bien escrito y narra, de una forma curiosa, la estancia en el Puerto de tres de los cuatro Beatles –Lennon se quedó en Torremolinos con su manager–. Y se cita a Klaus Voormann, el amigo de Mara, que todavía viene al Puerto de vacaciones. Se aloja en el hotel Tigaiga, de la familia Talg, célebre por su saber hotelero y por su sentido del ahorro. Voormann fue el autor de la famosa portada de “Revólver” –ganó un Grammy por ella–, fue gran músico, acompañó a los Rolling y a Los Beatles, si no recuerdo mal, y fue una estrella en el firmamento musical de los 60, sobre todo, y de los 70. Cambio de tema, ya para irme. El otro día, mi sobrino fue a una notaría a casarse, le dijeron que le cobrarían 800 euros y se dio media vuelta para que lo casara el alcalde de su pueblo, que es lo más lógico. ¿Cómo se pueden pedir 800 euros por casarse? Yo le dije que sería un error, pero no, se reafirma en que le pidieron esa desorbitada cantidad de dinero. Coño, cada vez están más caras las cosas, bodas incluidas. Claro que un divorcio, si es de mutuo acuerdo, se incluye en eso de la justicia gratuita, pero si es con pleito, manda huevos. Los abogados te sablean de lo lindo. Lo mejor es mantenerse en el limbo. Háganme caso, es más barato pagarle a un cura cien euros y que te case por lo criminal (bueno, por la Iglesia) aunque si luego quieres divorciarte, la Rota te arruina. Es mejor no rotar. Quedarse quieto. Si siguen aquí pueden pinchar en la flecha y ver la pieza maestra de Ana Oramas. Jesús.
