Volodímir Zelenski, ha confirmado que Estados Unidos ha puesto sobre la mesa una propuesta formal para celebrar negociaciones de paz directas con Rusia. El formato sugerido por Washington —que busca reunir a representantes de Kiev, Moscú, EE. UU. y la Unión Europea— supondría el primer encuentro cara a cara entre los dos bandos en conflicto en más de medio año.
Zelenski, que ha comparecido en Kiev junto al primer ministro portugués, Luís Montenegro, ha calificado la propuesta estadounidense de «lógica» y necesaria. El mandatario ucraniano reveló que Washington ya mantiene canales separados con el Kremlin y que la intención es unificar estas líneas de diálogo en una mesa de negociación conjunta. «Ucrania, Estados Unidos, los rusos y, probablemente, también Europa», resumió Zelenski, subrayando que la presencia de los socios europeos es fundamental para garantizar cualquier acuerdo de seguridad futuro.
Mientras Zelenski hablaba en Ucrania, la diplomacia se movía con celeridad en Florida. El emisario económico del Kremlin, Kiril Dmítriev, confirmó este mismo sábado que se encuentra de camino a Miami para reunirse con representantes de la Casa Blanca, entre ellos el enviado especial Steve Witkoff y Jared Kushner, piezas clave en el engranaje diplomático de la administración Trump.
El presidente ucraniano espera recibir «todos los detalles» de su equipo —encabezado por el ministro de Defensa, Rustem Umérov— a lo largo de la tarde de hoy, tras la ronda de contactos mantenida el viernes en suelo estadounidense. «Entenderemos si hay algo positivo o no, y partiremos precisamente de ahí», señaló Zelenski con cautela, consciente de que, aunque el marco de diálogo avanza, los puntos de fricción sobre el control territorial siguen siendo el gran escollo.
A pesar de la apertura al diálogo, Kiev mantiene sus líneas rojas intactas. Zelenski ha insistido en que cualquier acuerdo debe ser «justo y eficaz», rechazando de plano la cesión de soberanía sobre los territorios que Ucrania aún controla en el Donbás. La propuesta de Washington incluiría una «zona económica libre» en las áreas en disputa, una fórmula de compromiso que busca evitar el reconocimiento de la anexión rusa, pero que aún debe ser perfilada para convencer a una sociedad ucraniana que se resiste a ceder terreno tras mil cuatrocientos días de invasión.
Con el anuncio, la presión se traslada ahora al Kremlin. Si Rusia acepta sentarse en este nuevo formato liderado por EE. UU., el mundo podría asistir en los primeros días de 2026 a una cumbre histórica que defina el nuevo mapa de seguridad europeo. Por ahora, el optimismo es moderado, pero como reconoció el propio Zelenski, «la velocidad de las conversaciones y el interés de Washington generan una esperanza que no existía hace apenas un mes».





