En una reunión al margen de la cumbre del G20 en Johannesburgo, los principales aliados de Ucrania —entre ellos líderes europeos, así como los primeros ministros de Canadá y Japón— han expresado que el plan de paz estadounidense presentado por Donald Trump “requiere trabajo adicional”. Aunque ven en el proyecto de 28 puntos una base prometedora, advierten que algunas de las medidas planteadas son demasiado arriesgadas para Ucrania.
En el comunicado conjunto, los mandatarios subrayan su respaldo a los esfuerzos de Estados Unidos, pero también muestran preocupación por cláusulas sensibles: rechazan la cesión territorial del Donbás a Rusia y cuestionan las limitaciones propuestas para las fuerzas armadas ucranianas, que podrían dejar el país vulnerable ante futuras agresiones.
Además, advierten que cualquier aspecto del plan que afecte a la Unión Europea o a la OTAN debe contar con la aprobación de sus respectivos Estados miembros.
Los aliados reafirman el principio de que “las fronteras no deben cambiarse por la fuerza” y muestran su disposición a colaborar de forma constructiva para mejorar el borrador y garantizar que una eventual paz sea duradera y justa.
Este rechazo parcial del plan de Trump, en un momento de fuerte presión sobre Kiev, evidencia las tensiones entre la urgencia de un acuerdo y la defensa de la soberanía ucraniana.
