El Gobierno de Canarias ha encargado una prospección con georradar en torno a 90.000 m² de terrenos anexos al aeropuerto de Los Rodeos para localizar posibles fosas de represaliados de la Guerra Civil y la dictadura.
El contrato, adjudicado a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Tenerife (ARMHIT), cuenta con una partida de 14.900 euros y contempla un informe técnico con resultados y recomendaciones para futuras intervenciones.
La elección de Los Rodeos no es casual. El llano lagunero comenzó a usarse como campo de aterrizaje desde 1929 y fue designado aeropuerto nacional por Real Orden del 14 de mayo de 1930.
Durante el conflicto, el aeródromo quedó bajo control militar y diversas investigaciones locales sitúan un campo de internamiento y trabajos forzados en sus inmediaciones, con presos trasladados desde la santacrucera prisión de Fyffes.
La Guía “Memoria democrática de La Laguna (1931-1939)”, editada por el Ayuntamiento en 2023, y testimonios como Sin rencor. Memorias de un republicano, de Mauro Martín Peña, recogen el traslado de reclusos desde Fyffes y su empleo en labores de nivelación y acondicionamiento del aeródromo.
Las cifras fluctúan según la fuente, pero los estudios más consistentes sitúan el volumen en el orden de 150–200 presos.
Qué se va a hacer ahora
La intervención no es invasiva, se utilizará georradar para detectar anomalías del subsuelo compatibles con fosas (cavidades, remociones, zanjas antiguas).
Con los resultados se elaborará un informe que, en su caso, propondrá sondeos arqueológicos y actuaciones forenses con cadena de custodia.
A priori, podrían aparecer zonas del terreno alteradas que apunten a enterramientos clandestinos. También es posible hallar restos materiales asociados como cal, casquillos, botones o hebillas, calzado o fragmentos textiles.
En definitiva, la prospección busca confirmar o desmentir las localizaciones señaladas por la memoria oral y por distintos trabajos de investigación. Y si encuentran algo, ya se verá qué pasa después. Muchos estarán cruzando los dedos para que no llegue hasta las instalaciones del aeropuerto. No vaya a ser.
