Aproximadamente 37.000 soldados estadounidenses destinados en Alemania han sido advertidos de que podrían no recibir sus nóminas de noviembre debido al prolongado cierre del Gobierno federal de EE.UU., que ya se ha convertido en el más extenso de la historia del país. Aunque sus salarios de octubre fueron asegurados mediante fondos de emergencia, las tropas estacionadas en bases como Rose Barracks, Tower Barracks, Hohenfels o Garmisch podrían sufrir una situación inédita: la suspensión de pagos y la necesidad de recurrir a bancos de alimentos y ayudas sociales locales.
El United States Army en Alemania publicó un comunicado señalando que “el equipo de la Guarnición del Ejército de los EE.UU. en Baviera continuará brindando servicios de vida, salud y seguridad para quienes trabajan y viven en nuestra comunidad”, aunque aclaró que esos servicios serán “solo muy básicos” y aconsejó a los militares y sus familias “hacer uso de las ayudas sociales” disponibles.
Las fuentes citan que la cadena de mando informó a las unidades que, mientras el bloqueo presupuestario se mantenga, las tropas pueden enfrentarse no solo a retrasos salariales sino también a la reducción de medios operativos no esenciales. En los casos más urgentes, los soldados han sido orientados hacia servicios de bancos de alimentos como alternativa ante la incertidumbre económica.
El cierre parcial del Gobierno en EE.UU. comenzó el 1 de octubre de 2025 tras la imposibilidad del Congreso de aprobar nuevas partidas presupuestarias. Desde entonces, el desequilibrio financiero ha alcanzado niveles críticos para instituciones estatales, incluida la defensa.
Para Alemania, la presencia de tropas estadounidenses en su suelo es estratégica dentro de la OTAN y el bloque occidental. Sin embargo, la implicación de esta crisis financiera trasciende lo nacional y revela la fragilidad de las cadenas de suministro logístico y humano en conflictos globales: un Ejército desplegado en el extranjero con dificultades para asegurar el sustento básico de sus miembros.





