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La presidencia francesa anunció este jueves la conformación del segundo gabinete encabezado por el primer ministro Sébastien Lecornu, apenas una semana después del fallido intento anterior, que colapsó en tan solo 14 horas por discrepancias internas.
El nuevo Ejecutivo combina figuras técnicas con ministros que ya formaban parte del primer equipo de Lecornu. Entre los nombramientos más destacados se encuentra Laurent Núñez, prefecto de Policía de París, quien asume la cartera de Interior. En Defensa fue designada Catherine Vautrin, hasta ahora ministra de Trabajo. También repiten el macronista Roland Lescure, al frente de Economía, con la difícil misión de preparar el Presupuesto de 2026, y el centrista Jean-Noël Barrot, que continúa como ministro de Exteriores.
El principal reto del nuevo gabinete será presentar los Presupuestos de 2026 lo antes posible, en medio de las reticencias de los partidos que anteriormente respaldaban al presidente Emmanuel Macron. La falta de consenso político complica la gestión de Lecornu, que deberá navegar en un escenario de fuerte fragmentación parlamentaria.
Sébastien Lecornu había presentado su dimisión el pasado 6 de octubre, tras apenas 27 días en el cargo, alegando la imposibilidad de gobernar ante las divisiones internas surgidas al anunciar su primer gabinete. La crisis se agudizó con la oposición de Los Republicanos (LR), liderados por Bruno Retailleau, quienes rechazaron de plano la posible designación de Bruno Le Maire —exministro de Economía entre 2017 y 2024— como titular de Defensa, al que responsabilizan del deterioro de las finanzas públicas.
Francia atraviesa uno de los periodos más turbulentos de la V República. En menos de dos años, el país ha visto pasar a cuatro primeros ministros, consecuencia directa de una Asamblea Nacional profundamente dividida en tres bloques irreconciliables. Esta fractura política se originó tras el adelanto electoral decretado por Macron a mediados de 2024, después de la dura derrota sufrida por su partido en las elecciones europeas.
El nuevo gobierno de Lecornu nace, así, bajo una atmósfera de incertidumbre y presión, con la difícil misión de estabilizar el panorama político y económico del país.
