El Fútbol Club Barcelona rozó la gesta ante el París Saint-Germain en un duelo vibrante de Champions League, pero terminó marchándose con las manos vacías. El conjunto de Hansi Flick, que fue superior durante gran parte del encuentro, cayó en el último suspiro frente a un PSG que supo resistir y golpear cuando más importaba.
El partido arrancó con un Barça desatado, volcado sobre el área rival. Lamine Yamal, que respondió con creces al toque de atención de su entrenador, fue un constante dolor de cabeza para la zaga parisina. El joven atacante firmó jugadas de auténtico talento, como una ruleta en los primeros compases, y lideró las ofensivas acompañado de Pedri, Dani Olmo y Frenkie de Jong.
El dominio azulgrana se tradujo en ocasiones. Primero, Ferran Torres tuvo el gol en sus botas tras regatear a Chevalier, pero un defensa evitó el tanto sobre la línea. Poco después, el esfuerzo encontró recompensa: una rápida combinación terminó en asistencia de Rashford y definición letal del propio Ferran, que adelantó a los culés. El Barça acariciaba el segundo, mientras que Szczesny mantenía el muro en su portería con una parada espectacular a tiro de Hakimi.
Sin embargo, el PSG reaccionó a través de un protagonista inesperado: Nuno Mendes. El lateral portugués revolucionó el ataque desde la izquierda y propició la jugada que culminó Mayulu para igualar el marcador antes del descanso.
La segunda mitad mantuvo la tensión. El PSG arrancó con más energía, pero la defensa azulgrana, liderada por un sólido Eric García, contuvo las embestidas. Con el paso de los minutos, el Barça volvió a adelantarse en sensaciones, rozando el gol en un disparo de Dani Olmo que Hakimi salvó bajo palos. Flick buscó aire fresco con cambios valientes, dando entrada a Lewandowski, Balde, Casadó y Bernal.
No obstante, la apuesta no funcionó. Los jóvenes no lograron asentarse y el PSG, más entero físicamente, apretó en el tramo final. Cuando el empate parecía escrito, Gonçalo Ramos culminó un contragolpe fulminante en el minuto 90, silenciando Montjuïc y dejando al Barça con un sabor amargo.
El 1-2 supone un golpe duro para los blaugranas, que se quedan con solo tres puntos tras dos jornadas de la fase de grupos de la Champions. Una derrota cruel en un partido que mereció otro desenlace.
