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Corre por Caracas el rumor de que Jorge Rodríguez, el chimbo presidente de la Asamblea, se ha ofrecido a entregar al trío del Cártel de los Soles y a otros 16 miembros del mismo –casi todos altos cargos militares— a las autoridades norteamericanas, a cambio de que sea él, con inmunidad posterior, quien capitanee la transición pacífica hacia la democracia en Venezuela. Es decir, un chavista recalcitrante se ofrece a hacer la transición democrática, pero a cambio pide los cien millones de la recompensa ofrecidos por USA por la entrega de los tres “mosqueteros”: Maduro, Diosdado y Padrino. Parece ser que también Diosdado Cabello ha intentado vender a los otros dos, a cambio de la recompensa, cuya cuantía –sólo por Maduro, 50 millones de dólares—parece estar haciendo mella en la ambición de la cúpula venezolana. Al Departamento de Estado, que dirige Marco Rubio, le interesan 19 miembros del cártel, casi todos ellos militares. Según algunas informaciones, dos generales ya se encuentran en manos de los norteamericanos, uno se entregó y al otro lo cogieron en un barco de pesca, simulando ser un simple pescador. Quería salir del país. Todo parece indicar que el Cártel de los Soles está viviendo sus últimos momentos como organización criminal. Al bloqueo naval de Trump y a la fuerza aeronaval desplegada cerca de la costa venezolana se une la geolocalización por satélite de los miembros del cártel, que no pueden dar un paso sin que lo sepan la CIA y la DEA, cuyos agentes ocupan varias sedes en Caracas y en otras ciudades importantes de Venezuela. Maduro, aterrado, no tendrá tiempo de gastarse ni siquiera una parte lo que ha recaudado, y los otros tampoco. Según algunas fuentes son, repito, 19 los miembros de la organización narcoterrorista en el punto de mira del Departamento de Estado. Saben dónde viven y lo que hacen cada día, por lo que la “extracción” sería relativamente sencilla, a pesar de la fuerte escolta cubana que mantienen los tres líderes del cártel. No nos queda sino esperar, pero no creo que mucho. Cuando estos empiecen a cantar van a caer unos cuantos en España, de esto estoy seguro. Y ya saben ustedes –más o menos— quiénes son. Ahora lo que hay que averiguar es dónde han metido el dinero, el que supuestamente trajo Delcy en sus famosas maletas y el que le ha soltado Maduro a Zapatero. Maduro se presenta en las redes como el adalid de la lucha contra la droga, pero en la Casa Blanca –por supuesto— no se lo creen; y también se ha mostrado dispuesto a hablar con un enviado de los Estados Unidos. ¿Hablar de qué? Lo que tiene que hacer es entregarse y dar paso al presidente legítimo del país, que es Edmundo González Urrutia. Lo demás es puro cuento. Trump y Marco Rubio no van a tragarse las mentiras del chavismo, movimiento político al que le queda un cuarto de hora de vida. Y menos las de Jorge Rodríguez, que es un bandido de trabuco y pañuelo en la cara, un salteador de caminos y un violento. Amigo, por cierto, del de la ceja.
