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La izquierdona, que está montando en España una censura mayor que en la época de Franco, pretende ocultar los delitos cometidos por los inmigrantes, poniendo en ello todo su entusiasmo. Incluso se agarran sus cómplices en los medios a la falta de denuncias para desmentir noticias que son ciertas, pero que no acaban en los juzgados o en las comisarías. ¿Por qué? Porque saben que no ocurre nada, a no ser que el delito tenga la gravedad suficiente para que aparezca en los medios. ¿Calificarían ustedes de fake una noticia relativa a un individuo encapuchado, desde luego no parecía canario, que lanzó una piedra de grandes dimensiones en la terraza de un bar cercano a La Concepción, en La Laguna, que estuvo a punto de herir a alguna de las seis personas que compartían la mesa? ¿Me lo estoy inventando? ¿Se imaginan el susto de esa gente que hablaba tranquilamente en una tarde distendida de verano? Pues nadie fue a denunciar. ¿Para qué? Sí, llamaron a la policía, que por cierto no apareció. Yo mismo telefoneé al 112 porque unos individuos, sobre todo uno muy violento, en este caso canario, intentó entrar en mi edificio durante las fiestas de julio portuenses y me insultó desde la calle, lanzándome latas de cerveza. La policía no se presentó y el mismo agresor me ofreció su móvil en la distancia para que yo avisara a la Policía Nacional, el muy chulo. Sabe que no le va a ocurrir nada, por muchos antecedentes que tenga. Miren, en un país que se declara feminista –al menos una buena parte—, el inmigrante delincuente parece estar, incluso, por encima de la protección a la mujer. Ahí es donde se produce más la conspiración del silencio. ¿Por qué? ¿Qué miedo hay? En un país tan permisivo con la inmigración ilegal como es España, parece lógico que algunos de los que llegan sean delincuentes, de todo tipo. Pues hay que decirlo. ¿Por qué callar, por sistema? Ahora, Mohamed VI ha soltado a 600 delincuentes más de las cárceles marroquíes. ¿Cuántos de ellos van a acabar en España? Pues seguramente, muchos. Porque no existe control. Es un desastre esa frontera. ¿Y por qué los tenemos que aguantar? ¿Bajo qué amparo humanitario? ¿Y por qué tiene que producirse una denuncia para que cuatro machangos declaren que una noticia es fake o no? La víctima denuncia, si quiere. No denuncia porque saben que en determinadas circunstancias no le van a hacer ni puto caso, sobre todo si el agresor es un inmigrante de determinada procedencia. Lo siento, yo no voy a participar en la conspiración del silencio. Yo quiero ser dueño de mi tierra, no entregarla al delincuente por la cara de la izquierdona barata que nos gobierna.